De acuerdo con el Servicio Sismológico Nacional de México, el 80% de los temblores en México ocurren en los estado de Guerrero, Oaxaca y Chiapas, al sur del país. Foto: AP
El último sismo que sacudió a México fue en la mañana de este martes, cuando un movimiento telúrico de magnitud 7.4, con epicentro en Oaxaca, sur del país, encendió las alarmas. El fuerte temblor generó una alerta preliminar de tsunami para México, Guatemala, Honduras y El Salvador.
México es un país que está sobre cinco placas tectónicas: Cocos, Pacífico, Rivera, Norteamérica y Caribe. Esto significa que el país es un punto de alta sismicidad.
Las placas se ubican en la litosfera, es decir, la capa más superficial de la tierra, conformada por la corteza, la cual es susceptible a rupturas cuando se ejerce mucha fuerza sobre esta.
Cada placa tectónica se mueve por la tierra de manera distinta. Cuando dos de estas placas se encuentran, liberan una gran cantidad de energía que deforma la corteza terrestre, algo que solo puede verse con instrumentos apropiados de medición.
Estas placas flotan en plasma con temperaturas muy altas. El temblor se crea cuando la energía caliente sube y la fría baja, provocando entonces que las placas se coloquen una encima de la otra y generen fuerza de fricción. Esto produce una gran cantidad de fuerza sobre la corteza, causando la ruptura violenta y la liberación repentina de la energía acumulada.
“Cuando nosotros hablamos de placas a mi me gusta tomar el ejemplo de esas esferas que están en las discotecas con espejitos; así debemos entender que es nuestro planeta: una semiesfera que esta cubierta de placas, de muchos cuadritos que tienen distintos tamaños, unos son más grandes que otros; además hay que recordar que nuestro planeta en el fondo está en estado plasmático, algo similar al estado líquido, y entonces estas placas están flotando y obviamente llegan a tener movimiento”, explicó en entrevista con El Universal Agustín Tagle Urrutia, de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas.
A diario, el Servicio Simológico de México registra más de cuatro movimientos sísmicos como temblores, sismos o terremotos.
“Los sismos son de magnitudes muy pequeñas, pero son diarios. Sin embargo a pesar de estos pequeños sismos, la energía se sigue acumulando, de forma que en algún momento que haya un fallamiento rápido, una dislocación rápida, un movimiento repentino, se provocaría un gran sismo”, explicó en entrevista con El Universal el doctor Víctor Hugo Espíndola Castro, responsable de análisis del Servicio Sismológico Nacional (SSN).
En la parte norte de México, las placas tectónicas se mueven a unos 3 centímetros por año, mientras que en el sur la velocidad puede alcanzar los 7 centímetros por año, según ha explicado el Servicio Sismológico Nacional (SSN).
El 80% de los temblores en México ocurren en los estado de Guerrero, Oaxaca y Chiapas, al sur del país.
“El movimiento relativo entre estas placas, en la parte del golfo de Tehuantepec (al sur del país), es mayor, por eso uno de los estados y sus costas donde más se registra actividad sísmica es en Chiapas y Oaxaca”, dijo Espíndola.
Asimismo, señalan que las réplicas de los temblores en el sur de México pueden alcanzar magnitudes altas.
A lo largo de la historia de México, han quedado marcados algunos sismos, temblores y terremotos. Los más significativos son:
Terremoto de magnitud 8.6.
Ocurrió en las costas de Guaja y es considerado como el gran ysunami mexicanno porque inundó hasta 4 millas adentro del estado Guaja.
Terremoto de magnitud de 8.0.
Es considerado el peor terremoto de la historia del país, en el que perdieron la vida unas 10.000 personas. El epicentro fue en Michoacán, a 217 millas de Ciudad de México donde se concentró la mayor cantidad de desastres y muertes.
Sismo de magnitud de 4.5.
Es considerado como el sismo con mayor cantidad de réplicas en México, ya que a lo largo del primer evento sísmico, se registraron otras 44 réplicas.
Terremoto de magnitud de 8.2.
El terremoto más fuerte sentido en 100 años. El epicentro fue en Chiapas y se registraron unas 100 personas fallecidas.
La palabra sismo procede del griego “σεισμός”, que significa temblor; la palabra terremoto deriva del latín: terra que significa tierra y moto que significa movimiento. En ese sentido sismo, terremoto y temblor se refieren al mismo fenómeno de movimientos vibratorios, rápidos y violentos de la superficie de la tierra.
La diferencia entonces radica en la intensidad, la profundidad y la magnitud del fenómeno.
La escala sismológica de Richter, creada en 1935 con el objetivo de medir la magnitud de la energía liberada por la actividad telúrica.
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