La ardua y compleja lucha que libran los pueblos indígenas mexicanos contra el coronavirus

En las entrañas de las montañas del estado mexicano de Chiapas, pobladores indígenas toman las medidas necesarias para evitar que en su empobrecida región no azote con fuerza el coronavirus.

Mientras que el COVID-19 avanza todavía sin control en México y el mundo entero, dejando miles de muertes a su paso, los pueblos indígenas mexicanos buscan evitar la propagación del coronavirus en sus territorios. Para enfrentarlo, ponen en práctica estrategias propias y conocimientos ancestrales.

En los municipios de Chilon y Sitalá, que se rigen por un sistema de usos y costumbres propios, aún existen parajes y comunidades aisladas que cuentan con los mínimos servicios de salud.

Por esta razón, un brote de COVID-19 en esta zona de México podría ser fatal. Así lo contó a EFE Sebastián Hurtado Núñez, integrante del gobierno comunitario de Sitalá, uno de los municipios más pobres del país.

“Estamos respetando la instrucciones gubernamentales porque si nos llega a pegar esa enfermedad nos vamos a morir. No hay medicamentos en los hospitales, no tenemos doctores, no hay laboratorios”, manifestó.

Alrededor del 27 % de la población chiapaneca, es decir, cerca de 1,14 millones de habitantes, son indígenas. Esto de acuerdo con el Censo de Población y Vivienda de 2010.

Según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), el 76,4% de la población de Chiapas vive en la pobreza, y la mayoría de estos son indígenas.

Estrategias indígenas propias para combatir el coronavirus

Dada su frágil condición, las comunidades indígenas en México han establecido una estrategia de prevención del coronavirus. Entre las medidas implementadas están no salir de su comunidad, así como el bloqueo de las vías. Solo permiten el ingreso de vehículos que transporten alimentos y productos de primera necesidad.

Sin embargo, seguir al pie de la letra todas las recomendaciones se torna difícil por la falta de agua. Según Coneval, el 57,5% de los hablantes de lengua indígena a nivel nacional carece de agua potable en su vivienda.

El recurso económico es otro de los factores que las familias indígenas deben solventar pese al coronavirus. La mayoría trabaja por temporada en las cosechas o con la venta de café. Se vive al día, y ello dificulta cualquier pago extraordinario por enfermedad.

“Aquí en la comunidad sólo sobrevivimos de comida, lo que sembramos. Dinero no hay”, dijo a Efe Rosalía Gutiérrez Monterrosa, madre soltera y habitante del pequeño pueblo Juan Sabines, perteneciente a Chilón.

“Lo que hicimos fue organizar a toda la población, desde jóvenes, hombres y mujeres, a adultos mayores. Y todo lo que se sabe o se ha escuchado en radio o televisión lo planteamos a la gente y pedimos por favor que cumplan indicaciones”, explicó a Efe Gilberto Gutiérrez de Arar, integrante del gobierno comunitario de Chilón y padre de familia.

Cuarentena en casa y remedios naturales para el COVID-19

La comunicación en los comités comunitarios es constante. Especialmente cuando los pobladores locales regresan de otros estados con un alto número de contagios de coronavirus.

“Aquí no hay atención, las caravanas de salud desaparecieron. En el hospital no hay ni médico. Mucha familia está regresando del norte del país y del Caribe. Pero no hay una valoración médica para ver en qué condición llegan”, lamentó Gutiérrez de Arar.

Es por ello que, según explicó, a los que arriban de otros lugares se les pide que “se guarden en sus casas”. Por lo menos por varios días, mientras son vigilados por los propios familiares.

En el caso de presentar alguna dolencia, es habitual hacer uso de remedios naturales. “Si enferman, pues les damos té de hierbas medicinales”, concluyó.

A la fecha, México suma 47.144 casos y 5.045 fallecidos por COVID-19. Mientras que en Chiapas, el número de contagiados asciende a 610 y el de decesos a 48.

Las autoridades esperan que a partir del 1 de junio se empiece a restablecer la normalidad económica y social en el país. Esto como parte de un plan de recuperación por regiones y fases.

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