Un informe reveló que más de 75 % de los países a nivel mundial registraron en 2020 niveles superiores a las recomendaciones máximas de micropartículas en el aire, a pesar de la disminución de las actividades contaminantes por la pandemia del COVID-19.
Así lo estableció una investigación de la compañía IQAir y de la organización Greenpeace al revelar el impacto de los bloqueos y cuarentenas por el COVID-19 y los cambios en el comportamiento de la contaminación global en los niveles de partículas (PM2.5).
“El 84% de todos los países monitoreados observaron mejoras en la calidad del aire, en gran parte debido a las medidas globales para frenar la propagación del COVID-19”, reseña el informe ante los efectos de la pandemia.
En ese sentido, ciudades con grandes niveles de contaminación como Beijing registraron una disminución del 11% respecto a las cifras de 2019, seguida por Chicago (-13%), Delhi (-15%), Londres (-16%), París (-17%) y Seúl (-16 %).
Sin embargo, un tema que llamó la atención de los investigadores es que de los 106 países con datos disponibles, solo 24 respetaban las normas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para las micropartículas cuyo diámetro corresponde a una treintavo de un cabello humano.
“Este tamaño les permite penetrar en el sistema sanguíneo a través de los pulmones, provocando asma, cáncer de pulmón o enfermedades cardíacas”, explicaron los expertos.
Precisamente, la mayoría de las siete millones de muertes prematuras en el mundo que la OMS atribuye a la contaminación del aire están causadas por las micropartículas PM 2.5, las cuales son procedentes de las tormentas de arena, la agricultura, la industria y la combustión de energías fósiles.
“Muchas regiones en el mundo han conocido mejoras inéditas, pero temporales, de su calidad del aire en 2020. Las restricciones debidas al COVID-19 han supuesto una caída brutal del consumo de energías fósiles”, subrayó Lauri Myllyvirta del Centro de Investigación sobre la Energía y el Aire (CREA).
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Este comportamiento ha permitido evitar decenas de “miles de muertes” en el mundo asociadas a la contaminación.
Además, otros estudios sugieren que una exposición a la contaminación del aire aumenta la vulnerabilidad al COVID-19 y favorece quizá la circulación de los virus.
Esta mejora de la calidad del aire en 2020 ya se ha constatado en muchos estudios a nivel mundial, al igual que el aumento de la polución con el levantamiento de las restricciones.
En ese sentido, el sur y el este de Asia fueron las regiones más afectadas por las micropartículas PM2,5 en 2020: Bangladés, India y Pakistán concentran 42 de las 50 ciudades más contaminadas del mundo, 49 de 50 si se tiene en cuenta a China, donde el 86% de las ciudades estudiadas han registrado una mejoría a nivel global.
Entre las capitales, Nueva Delhi es la ciudad más contaminada del mundo (como en 2019) con más de ocho veces el nivel máximo recomendada por la OMS. Le siguen Dacca, Ulán Bator, Kabul y Doha.
En el otro extremo de la lista están Estocolmo, Helsinki y Wellington como las ciudades menos contaminadas en el mundo.
Estados Unidos es el único país donde la polución de PM2,5 registró un aumento del 6,7%, atribuido a los grandes incendios que arrasaron el noroeste del país.
Además, el 38% de las ciudades estadounidenses estudiadas no respetaron las normas de la OMS en 2020, frente al 21% que se registró en 2019.
Los investigadores resaltaron que muchos países de Asia, África y América aún no cuentan con dispositivos en la ciudades para medir estos niveles de contaminación, lo cual es crucial para diseñar las políticas para enfrentar las micropartículas contaminantes en el aire y su efecto en la salud pública.
Una prioridad
El estudio establece que la contaminación del aire sigue siendo la amenaza más urgente para la salud ambiental en el planeta ya que más del 90 % de la población mundial respira niveles peligrosamente altos de partículas contaminantes.
En ese sentido, la aparición del virus que provoca el COVID-19 en 2020 evidenció que la exposición a la contaminación por micropartículas aumenta la vulnerabilidad de las personas a los virus y su impacto en la salud.
“Los primeros informes sugieren que la proporción de muertes por COVID-19 atribuidas a la exposición a la contaminación del aire oscila entre el 7 % y el 33 %”, reseña el informe.
Los expertos destacaron que el 2020 trajo una caída inesperada en la contaminación del aire a nivel mundial pero estos niveles aumentarán nuevamente debido a la reanudación de las actividades productivas en los países.
El CEO de la compañía IQAir, Frank Hammes, aseguró que es urgente que las autoridades implementen acciones urgentes para combatir la contaminación del aire, que sigue siendo la mayor amenaza para la salud ambiental del mundo.
“Si bien muchas ciudades registraron mejoras temporales en la calidad del aire debido a los cierres, el impacto en la salud de la quema de combustibles fósiles siguió siendo severo”, indicó Hammes.
De acuerdo con el experto, los gobiernos deben priorizar las fuentes de energía limpia como la eólica y la solar y promover un transporte accesible, de bajo costo y neutral en carbono para mejorar los niveles de contaminación.
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