Un informe del Instituto del Agua, Medio Ambiente y Salud de la ONU (INWEH) ha encendido las alarmas debido a que casi 60.000 grandes embalses construidos en todo el mundo se están convirtiendo en una gran amenaza para millones de personas.
El estudio pudo determinar que para el año 2050 estas grandes represas, que fueron construidas desde mediados del siglo XX, habrán superado con creces su vida útil y su deterioro, sumado a la incidencia del cambio climático, representan un grave riesgo para las poblaciones.
Así lo determinaron los científicos de la ONU con el estudio ‘Envejecimiento de infraestructuras de agua: un incipiente riesgo global’ en el que se advierte que dentro de 30 años, la mayoría de la población del planeta vivirá aguas abajo de miles de grandes embalses que estarán operando mucho más allá del tiempo concebido y recomendado para su funcionamiento.
Ver esta publicación en Instagram
Grandes cantidades de agua
El director de INWEH y uno de los autores del informe, Vladimir Smakhtin, explicó que la cantidad de agua que contienen estos embalses es “alucinante” y se estima que tienen entre 7.000 y 8.300 kilómetros cúbicos de agua.
Los análisis han permitido calcular que estas megaestructuras tendrían entre 7.000 y 8.300 billones de litros, lo suficiente para cubrir con un metro de agua alrededor del 80 % de la masa terrestre de Canadá, el segundo país más extenso del mundo.
El principal autor del estudio, Duminda Perera, explicó que a mediados del siglo XX se produjo una explosión en la construcción de grandes represas que se prolongó durante las décadas de los años sesenta y setenta en Asia, Europa y Norteamérica, y continuó hasta la década de los ochenta en África.
Ver más: Cinco razones por las que el 2021 será crucial en la lucha contra el cambio climático
La mayoría de estos grandes embalses construidos entre 1930 y 1970, unos 58.700, tienen una vida útil original de entre 50 y 100 años; aunque el informe señala que las presas bien diseñadas, construidas y mantenidas pueden llegar a los 100 años de servicio con relativa “facilidad”.
Sin embargo, tras 50 años de funcionamiento, un gran embalse construido con cemento “empezará a mostrar con toda probabilidad señales de envejecimiento” lo cual representa una latente amenaza de colapso.
“Tenemos un problema masivo de envejecimiento de las infraestructuras de almacenaje de agua en todo el mundo. El informe quiere “atraer la atención global al asunto del progresivo envejecimiento y estimular los esfuerzos internacionales para encarar este creciente riesgo”, indicó Smakhtin.
Los investigadores también explicaron que las señales de envejecimiento van desde el aumento de la sedimentación hasta un incremento de los costes de reparación y mantenimiento pasando por su rotura.
El cambio climático
Los investigadores también aseguraron que el envejecimiento de los embalses también los hace más vulnerables al cambio climático debido al incremento de la frecuencia de eventos extremos, como inundaciones o el aumento de la evaporación del agua retenida, lo que puede acelerar la pérdida de su funcionalidad.
Ya sea por que los embalses están llegando, o han superado, su vida útil o por el empeoramiento de las condiciones de la crisis climática, los datos recogidos por el informe constatan el rápido aumento de las roturas.
Entre 1950 y 2004, el número de roturas acumuladas nunca superó la veintena en un periodo de cinco años. Sin embargo, a partir de 2005 los fallos de los embalses se han multiplicado. En el periodo 2005-2009 se contabilizaron casi 75 fallos. Entre 2010 y 2014 la cifra aumentó a casi 100 y entre 2015 y 2019 el número se disparó a casi 175 roturas.
En estos momentos, el problema del envejecimiento de los embalses es más pronunciado en Norteamérica y Europa, donde estas infraestructuras son más viejas, pero Asia se enfrentará al mismo riesgo en el corto plazo.
En Europa hay grandes diferencias. Por ejemplo, en España, el décimo país del mundo en número de grandes presas con 1.064, la edad media de estas infraestructuras es 56 años, pero en el Reino Unido aumenta hasta los 106 años.
“El informe indica que en Sudamérica las grandes presas todavía no han encarado los mismos problemas de envejecimiento generalizado que se ve en otras regiones”, reseña el informe. Sin embargo, en la región norteamericana, los embalses de México, el noveno país de la lista con 1.079 grandes presas, tienen una edad media de 61 años.
De acuerdo con el informe, China contabiliza 23.841 grandes embalses, lo que supone un 40 % del total mundial. Además, 32.716 grandes embalses, el 55 % del total mundial, se concentran en cuatro países asiáticos: China, India, Japón y Corea del Sur. La mayoría de estas infraestructuras alcanzarán los 50 años de edad relativamente pronto.
El informe prevé un aumento de la tendencia del cierre de grandes embalses, un fenómeno cada vez más frecuente en Estados Unidos y Europa.
Sin embargo, el informe también advierte que ante el aumento de eventos meteorológicos extremos las decisiones sobre el cierre de estas represas necesitan ser tomadas en el contexto del cambio climático.