Un estudio liderado por Instituto de Tecnología de Karlsruhe en Alemania (KIT) evidenció que las concentraciones de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera del planeta aún no han cambiado ni disminuido a pesar del COVID-19.
La pandemia por el nuevo coronavirus cambió completamente los estilos de vida de las personas y el uso de diferentes medios de transporte para movilizarnos por las medidas de distanciamiento social y los confinamientos impuestos en cientos de países.
En ese sentido, gran parte de los ciudadanos ahora trabajan de manera remota desde sus casas a través del teletrabajo conllevando a que se registre una disminución en el volumen del tráfico vehicular y reduciendo las emisiones de dióxido de carbono.
De esta forma, los científicos han pronosticado que la pandemia del COVID-19 y sus efectos en la energía, movilidad e industria podría generar una reducción de hasta el 8 % en las emisiones durante el 2020.
El experto del equipo de investigación atmosférica y del clima del KIT, Ralf Sussmann, explicó que a pesar de las emisiones reducidas, las mediciones muestran que la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera aún no ha disminuido.
“Para reducir la concentración de CO2 en la atmósfera a largo plazo, las restricciones impuestas durante la pandemia del coronavirus tendrían que continuar durante décadas. Pero incluso esto estaría lejos de ser suficiente”, manifestó Sussmann.
Precisamente, el Panel Intergubernamental sobre Cambio climático (IPCC) había explicado que se requerirían reducciones acumulativas de esta magnitud cada año para alcanzar los objetivos del Acuerdo de París para 2030.
Los hallazgos
Los investigadores evidenciaron a partir de unos análisis de mediciones atmosféricas que las restricciones impuestas durante la crisis del coronavirus están lejos de ser suficientes, a pesar de que la reducción del 8 % en las emisiones pueden ser una buena noticia para el 2020.
Así lo lograron establecer al utilizar datos de la Red de observación de columnas de carbono total (TCCON) con los que midieron las concentraciones en diferentes capas de la atmósfera y las compararon con los pronósticos de la tasa de crecimiento atmosférico para 2020 con y sin restricciones del COVID-19.
“Para alcanzar cero emisiones en las próximas décadas, se requerirían reducciones acumulativas de la misma magnitud cada año. Es decir, de un 16 % en 2021, del 24 % en 2022, y así sucesivamente. Para ello, se deben tomar medidas políticas para iniciar directamente cambios tecnológicos fundamentales en los sectores de la energía y el transporte”, explicó Sussmann.
De acuerdo con el experto, el objetivo del Acuerdo Climático de París de limitar el calentamiento global a 1,5 grados solo se puede alcanzar mediante una reducción significativa de las emisiones de CO2 y en la medida de lo posible llegar hasta un nivel de cero emisiones para 2055.
Sin embargo, la larga vida que tiene el dióxido de carbono impide que se noten cambios notorios en la atmósfera en el corto plazo y por eso se cree que los impactos de las medidas del COVID-19 podrían medirse después de poco más de seis meses.
“En cualquier caso, podríamos averiguar dentro de presumiblemente dos años y medio, si las medidas políticas y sociales globales nos ayudarán a encontrar alternativas viables de combustibles fósiles y alcanzar los objetivos del Acuerdo Climático de París”, manifestó el científico del clima.
Infórmate minuto a minuto sobre esta y otras noticias del mundo en nuestras redes sociales