El 2020 fue el año más cálido en la historia del planeta junto con el 2016

La Organización Meteorológica Mundial (OMM) reveló que el 2020 fue, en conjunto con 2016, uno de los años más calientes que se han registrado en el planeta.

De acuerdo con el informe, la temperatura media global en 2020 fue de 14,9 grados centígrados, 1,2° por encima de los niveles preindustriales (1850-1900), lo que confirma que ha sido uno de los tres años más calurosos de los que se tiene registro.

Por su parte, la NASA y el servicio Copernicus aseguraron que 2020 estuvo virtualmente empatado con 2016 como el más cálido nunca antes medido; mientras que datos meteorológicos británicos lo sitúan como el segundo y los expertos japoneses lo colocan en tercera posición, después de 2016 y 2019.

Las altas temperaturas del año pasado se produjeron a pesar de que predominó en fenómeno meteorológico de La Niña, que suele producir un enfriamiento de las temperaturas pero que solo tuvo efecto en los últimos meses de 2020.

“Las temperaturas de 2020 estuvieron prácticamente empatadas con las de 2016, en el que se registró uno de los más intensos episodios de calentamiento por El Niño. Es un claro indicio a nivel mundial de que el cambio climático causado por el hombre es tan poderoso como las fuerzas de la naturaleza”, manifestó Petteri Taalas, secretario general de la OMM.

De acuerdo con la Organización, estos datos también confirman que la década (2011-20) es la más cálida de la que se tienen registros y desde los años 80 cada década ha sido más calurosa que la anterior, en un claro efecto del calentamiento global.

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Los expertos explicaron que la región donde el calentamiento global fue más latente en 2020 fue el norte de Asia, en particular el Ártico siberiano, donde las temperaturas medias superaron en más de cinco grados la media registrada entre 1981 y 2010.

Precisamente, el 20 de junio se registró en la localidad rusa de Verkhoyansk, uno de los lugares más fríos del mundo, la temperatura más alta de la historia en el Círculo Polar Ártico con 38 grados, una situación que contribuyó a que Siberia sufriera los peores incendios forestales en 18 años.

Por otro lado, la OMM vaticinó que La Niña seguirá enfriando las temperaturas en 2021, probablemente de forma más intensa que en 2020, ya que habitualmente su incidencia es superior en su segundo año de incidencia.

Lo cierto es que los efectos del cambio climático ya se sienten en todo el planeta no solo con un año más cálido sino también con el deshielo de los casquetes glaciares, las canículas excepcionales, las precipitaciones diluvianas y las temporadas récord de huracanes, como la que se registró en 2020 en el océano Atlántico.

El Acuerdo de París prevé mantener el calentamiento por debajo de un aumento del +2 ºC y de ser posible +1,5 ºC, pero los compromisos de los países en la reducción de emisiones están lejos de ser suficientes.

Ante esta situación, el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Antonio Guterres, pronosticó que el mundo se dirige hacia un calentamiento “catastrófico” en el siglo 21 al alcanzar un aumento de la temperatura de 3 a 5 grados centígrados.

“Es un claro recordatorio de que el cambio climático avanza con paso firme, destruyendo a su paso vidas y medios de subsistencia en todo nuestro planeta. Hacer las paces con la naturaleza es la tarea que definirá el siglo XXI. Debe ser la máxima prioridad para todo el mundo”, enfatizó Guterres.

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De acuerdo con el secretario, con el actual aumento de 1,2°C ya se producen fenómenos meteorológicos extremos sin precedentes en todas las regiones y en todos los continentes del planeta.

Por su parte, los científicos de la NASA resaltaron que las tendencias están mostrando un indicador crítico de las actividades humanas en el planeta, especialmente por las emisiones de gases efecto invernadero y una acumulación de años cada vez más cálidos.

El aumento de las temperaturas está provocando fenómenos como la pérdida acelerada de hielo marino y la masa de la capa de hielo, el aumento del nivel del mar, olas de calor más largas e intensas y cambios en los hábitats de plantas y animales.

“Comprender estas tendencias climáticas a largo plazo es esencial para la seguridad y la calidad de la vida humana, lo que permite que los humanos se adapten al entorno cambiante de formas como plantar diferentes cultivos, administrar nuestros recursos hídricos y prepararnos para eventos climáticos extremos”, resaltó la NASA.

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