Los investigadores de la Universidad George Mason, de Estados Unidos, descubrieron que las células de las mujeres que han dado a luz son 11 años más viejas que quienes no han tenido hijos.
“Las mujeres que han dado a luz tienen telómeros más cortos en comparación con las mujeres que no han dado a luz. Los telómeros son las tapas finales del ADN en nuestros cromosomas, que ayudan en la replicación del ADN y se acortan con el tiempo. La longitud de los telómeros se ha asociado previamente con morbilidad y mortalidad”, explica el estudio.
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Esa longitud se ha encontrado en sujetos que fuman o tienen obesidad, y es un indicador de envejecimiento. La investigación señala que deben ahondar en cuáles son las razones por las que ocurre este fenómeno.
“Lo sorprendente es que este acortamiento de los telómeros de las células asociado con el parto es incluso mayor de lo que se había observado anteriormente en una investigación que examina la asociación observada con el tabaquismo (un costo de 4.6 años de envejecimiento celular) y la obesidad (8.8 años)”, indica el estudio.
El embarazo y el parto se encuentran entre las experiencias más retadoras a nivel físico para una mujer, y no es secreto que pasa factura no solo en el aspecto de la persona, sino también a nivel interno.
Se estima que, aunque los permisos natales duran menos que eso y la llamada cuarentena posparto es de solo 40 días, en realidad la mujer necesita al menos un año para reponerse del esfuerzo que significa para su cuerpo hacer crecer y parir un bebé.
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Entre los factores para que esto sea así, se encuentran los cambios hormonales, el esfuerzo en la musculatura, y los cambios en los niveles de absorción de nutrientes, además de la incidencia que puede tener la lactancia materna a nivel hormonal.
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