¿Sabes cuáles son los juguetes seguros para tu hijo?

Aunque estén bien integrados, por el uso pueden desprender sustancias tóxicas. Foto: Unsplash

Una guía de Greenpeace para comprar sin tóxicos señala que muchas de las inocentes muñecas y figuras que pones al alcance de tu hijo podrían ser peligrosas para su salud y por ello debes mantenerte atenta y solo comprar juguetes seguros.

Destacan que muchos juguetes son elaborados con ftalatos, celuloide, cromo VI, plomo, cadmio, arsénico y bisfenol A o BPA, todas sustancias tóxicas.

Destacan que estas sustancias, “aún cuando están debidamente integradas al producto, pueden liberarse con el uso y el paso del tiempo”.

Los ftalatos, por ejemplo, son tóxicos para el desarrollo y para la reproducción, o disruptores del sistema endocrino; el bisfenol A “altera los órganos reproductores masculinos y afecta el comportamiento de los animales si se encuentra en dosis sólo un poco más altas que aquellas a las que están expuestos los niños” y se encuentran con frecuencia en los plásticos.

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¿Cuáles juguetes son seguros?

Es por esto que debes evitar comprar juguetes cuya procedencia desconozcas. En algunos países y en la Unión Europea, los juguetes cuentan con un sello de conformidad que garantiza que ha pasado las pruebas y que está elaborado con materiales seguros.

Materiales sintéticos como el polietileno y el polipropileno también son considerados seguros y de ellos se elabora la mayor parte de la juguetería en Estados Unidos.

Sin embargo, la sugerencia para quienes quieran cuidar a sus hijos de los químicos es darles juguetes fabricados de materiales como madera no tratada, resinas, ceras y pigmentos orgánicos.

Recuerda que, en el caso de los juguetes con baterías, tienes el riesgo de que estas desprendan mercurio o zinc cuando terminan su vida útil, lo que puede terminar en las manos de los niños.

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Son muchos elementos a tomar en cuenta, pero lo importante es que tu niño juegue de forma segura y esté expuesto a la menor cantidad posible de sustancias tóxicas que puedan tener efectos a largo plazo sobre su salud.

Las actividades al aire libre, el deporte y la interacción social son todas formas de juego que ayudan al desarrollo del niño y no ameritan de químicos.

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