La relación madre e hijo es de las más importantes, incluso cuando muchos niños crecen con un padre ausente, que quizá huyo de sus responsabilidades; fue mamá quien decidió quedarse y afrontar las dificultades como toda una guerrera. Dedicando todo su esfuerzo para velar que nada le faltara a su hijo.
La relación madre e hijo es indispensable
Diversas investigaciones publicadas en The Family Watch, explican que la influencia de un padre en la vida de sus hijos es única e irremplazable; ya que ofrece beneficios en su vida como el desarrollo de la empatía, inteligencia, capacidad lingüística, autocontrol, autoestima elevada y hasta matrimonios más estables a futuro. No obstante y sin quitarle merito a los buenos padres, muchos niños crecen y cuentan con un sano desarrollo con la única presencia de la madre.
Una madre que tiene amor e interés por sus hijos puede formar a un niño con la fortaleza de hacerle frente a las situaciones complicadas de la vida; criarlos seguros y con suficiente estabilidad emocional para enfrentar las situaciones más difíciles.
Esto se debe a que el vínculo entre madre e hijo se desarrolla desde el momento de la gestación. Luego del nacimiento, la lactancia y posteriormente en los primeros años de vida, la relación se vuelve cada vez más solida e importante, así lo explica el Centro de Psicología de Madrid.
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La importancia de una madre en la vida de un hijo
Una investigación, publicada por la Universidad de San Buenaventura en Cali, Colombia, afirman que el vínculo madre e hijo es importante para desarrollar la autoestima, que a pesar de estar basada en el amor que se tiene de uno mismo, también va de la mano con la relación que se crea con otras personas, en especial la madre.
En los primeros años de vida es importante entablar una relación de vínculo entre madre e hijo para que el niño tenga una autoestima elevada, seguridad y confianza en sí mismo.
“Las experiencias vividas, las pautas educativas recibidas, las normas interiorizadas, la forma en la que se han ido trasladando los valores y principios morales desarrollados; el propio autoconcepto, la manera en la que se han reforzado los logros conseguidos o castigado los errores cometidos, influyen directamente en el desarrollo de la personalidad de los hijos”, comenta Lucía Martín Dueñas, psicóloga general sanitaria y terapeuta del Centro de Psicología y psiquiatría de Madrid en España.
De igual manera las muestras de cariño, la compresión y la aceptación es imprescindible para una buena relación madre e hijo. Así se establece un ambiente de confianza que los ayudara a desarrollarse durante la vida adulta, plena y felizmente, ya que tendrán la capacidad de dar afecto, compartir, tolerar, amar y ser amados.
Un padre puede ausentarse pero las madres se quedan
De acuerdo a los investigadores, uno de cada tres niños en Estados Unidos crece sin la figura del padre. El Dr. Wade Horn, fundador de la National Fatherhood Iniatiative; afirma que 25 millones de niños norteamericanos tienen más probabilidades de ver a un papá en programas de televisión que en sus propios hogares.
“Aproximadamente un 40% de niños norteamericanos nacen actualmente fuera del matrimonio, lo que normalmente significa muy poca o ninguna relación con el padre biológico”, comenta Horn.
Pero a pesar de pasar cientos de adversidades y trabajar doblemente en la crianza de los hijos, existe una persona que nunca se va, y que se queda para apoyar y cuidar a su hijo cuando más la necesitaban y esa fue mamá.
A esas madres que apostaron por una buena relación madre e hijo, sin importar lo duro que pudo ser la situación con el padre ausente; decidiendo amar con todo el corazón para educar de la mejor manera a sus pequeños, simplemente ¡gracias!.
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