Uno de los consejos más comunes que escuchan las madres es que cargar a sus hijos constantemente va a “malcriarlos” y que deben dejarlos llorar para que se críen independientes, pero los últimos estudios han demostrado que los bebés necesitan estar en brazos tanto como comer.
Los bebés necesitan estar en brazos de la madre principalmente, y de la familia después, debido a que esta simple acción estimula el desarrollo sensorial y cerebral de los bebés pequeños y es una necesidad primaria al mismo nivel que el alimento y el sueño, de acuerdo a datos publicados por investigadores de la Universidad de Columbia Británica.
El contacto físico piel con piel y los abrazos alteran a los niños a nivel molecular. El estudio mostró que los niños que habían estado más angustiados cuando eran bebés y habían recibido menos contacto físico tenían un perfil molecular en sus células que estaba subdesarrollado para su edad, lo que apuntaba a la posibilidad de que estuvieran rezagados biológicamente.
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Los abrazos alteran la expresión genética
El simple acto del contacto, el roce, tocar a un bebé, tiene consecuencias profundamente arraigadas y potencialmente duraderas en el epigenoma, cambios bioquímicos que afectan la expresión genética.
Adicionalmente, estudios en bebés prematuros han demostrado que los bebés que reciben abrazos constantes tienden a dormir mejor, a manejar el estrés con mayor facilidad y exhiben mejores funciones autónomas, como la frecuencia cardíaca.
La oxitocina, la hormona del vínculo, aumenta tanto en las madres como en los bebés durante las sesiones de abrazos, y es probable que también aumente de manera similar en la leche materna, dando a los bebés un impulso adicional cada vez que amamantan, de tal manera que no solo los bebés necesitan los brazos de su madre para sentirse mejor, sino que la propia mamá experimenta mayor bienestar y conexión mientras carga a su hijo.
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Los especialistas son enfáticos en que por lo general no vemos a mamíferos alejados de sus crías y en el caso de los humanos no tiene por qué ser diferente. Carga a tu hijo en brazos pues, al contrario de lo que dicen, no lo estás malcriando ni haciéndole daño a largo plazo. Todo lo contrario: tu amor lo está nutriendo.
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