Madre en Francia le donó su útero a su hija para que pudiera tener un bebé

La bebé nació el 12 de febrero y se llama Misha. Foto: Unsplash

Una madre en Francia donó su útero a su hija, quien finalmente pudo tener un bebé gracias a su amoroso gesto, reportó el Hospital Foch de París, donde tuvo lugar el novedoso nacimiento que es además un logro para la comunidad médica.

Déborah, de 36 años, padecía de una condición llamada síndrome de Rokitansky, también llamada agenesia vaginal, que fue la causa de que naciera sin útero.

“La afección también se denomina «aplasia mulleriana» o «síndrome de Mayer-Rokitansky-Kuster-Hauser». Hay tratamientos quirúrgicos y no quirúrgicos disponibles. Luego del tratamiento, es probable que puedas tener una vida sexual normal. Las mujeres a las que le falta la totalidad o parte del útero no pueden quedar embarazadas. Sin embargo, si tienes ovarios sanos, es posible que tengas un bebé si recurres a la fecundación in vitro y a una sustituta gestacional”, detalla la Mayo Clinic.

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Ahora, el trasplante también es una opción. En 2019, Déborah fue la primera mujer en tener un exitoso trasplante de útero en Francia, y la donante fue su madre, Brigitte, de 57 años.

En una de esas circunstancias especiales de la vida, el útero que la gestó resultó ser el mismo que gestaría a su bebé. Poco más de un año después del trasplante, Deborah quedó embarazada por transferencia de óvulos fecundados. El embarazo terminó a las 33 semanas, el pasado 12 de febrero, y nació una niña de 1,8 kilos, que lleva por nombre Misha.

En todo el proceso de trasplante y embarazo colaboraron los especialistas suecos miembros del equipo de Mats Brannstrom, profesor de ginecología obstétrica en la Universidad de Gotemburgo y jefe de departamento del Hospital Universitario Sahlgrenska.

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Al ser consultada por el diario Le Parisien sobre su experiencia, la madre, abuela y donante respondió: “Me siento normal, como una abuelita. La primera gran aventura terminó hace más de un año, cuando supimos que el injerto estaba bien adherido, que ya no había riesgo de rechazo, lo mío se acabó entonces. Ahora es la aventura de mi hija”.