La lactancia materna exclusiva hasta los seis meses de vida es el sueño de muchas madres y la recomendación oficial de la Organización Mundial de la Salud (OMS), pero en esos primeros meses suelen presentarse crisis en los que el bebé rechaza el pecho y las madres terminan recurriendo a la leche de fórmula.
De acuerdo a Melissa Kurke, especialista de la Mayo Clinic, si has descartado que tu bebé esté enfermo y ya la lactancia materna estaba bien establecida, puede ser que estés ante una huelga de amamantamiento y tu primera opción no debe ser el destete.
Mira también – Chrissy Teigen quiere ‘normalizar la fórmula’: no quiere tener sentimientos de culpa por no poder amamantar
Lactancia materna: posibles causas que hacen que tu bebé no quiera pecho
El bebé es sensible a olores y sabores diferentes. Si introdujiste un nuevo elemento en tu dieta que pudiera alterar el sabor de tu leche, debes revisarlo, ya que puede ser la causa del rechazo.
El bebé también puede sentir desgano ante nuevos olores, como un perfume o crema corporal, que además puede causarle alergias.
Recuerda que la lactancia debe darse, siempre que sea posible, en ambientes serenos. La sobreestimulación puede generar estrés en el bebé y él puede negarse a alimentarse.
Otro de los elementos a tener en cuenta es la cantidad de leche que estés produciendo. Si es escasa, el bebé puede desesperarse, volverse irritable y rechazar el pecho.
¿Qué hacer para superar la huelga de amamantamiento?
Kurke sugiere que evalúes toda tu rutina de lactancia materna exclusiva para identificar qué pudiera causar la molestia: extráete leche para mantener tu suministro activo y fortalece el apego con tu pequeño, al fomentar el contacto piel con piel.
Recuerda que debes mantenerte atenta por si tu bebé moja menos pañales de los habituales, porque esta es una indicación de deshidratación o de que no se está alimentando adecuadamente.
Te puede interesar – Las nalgadas a los niños como forma de castigo pueden causarles depresión, según estudio
Ante cualquier duda, consulta a tu pediatra, que podrá evaluar con precisión qué es lo que hace falta para restaurar una lactancia exitosa.