La importancia de la lactancia materna va mucho más allá de darle una buena alimentación a los bebés en sus primeros meses de vida, ya que la leche materna tiene todos los nutrientes necesario que necesita un pequeño para su desarrollo. Pero además, amamantar también es capaz de potenciar el desarrollo cognitivo, especialmente en los caso de nacimientos prematuros.
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, se recomienda la lactancia materna exclusiva en bebés hasta los seis meses (180 días), cuando se inicia con los alimentos complementarios. Lo ideal es darle al bebé leche materna de 2-3 veces al día entre los 6 y 8 meses de edad, y 3 veces al día más un refrigerio nutritivo de los 9 a los 11 meses. A partir de los 12 hasta los 24 meses, el pequeño come tres comidas y dos refrigerios que resulten nutritivos.
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La importancia de la lactancia materna en el desarrollo
Además de aportar beneficios nutricionales, amamantar ayuda a fortalecer el sistema inmune, protegiendo al bebé de ciertas enfermedades peligrosas, como el cáncer infantil, diabetes o enfermedades metabólicas. Incluso una investigación sugiere que es capaz de prevenir afecciones durante la vida adulta, como por ejemplo enfermedades de tipo cardiovasculares.
“Cuando los bebés enferman tienen una recuperación más rápida. Además que los protege a corto, mediano y largo plazo pues les protege de enfermedades crónico degenerativas en la edad adulta”, explicó la psicóloga Citlalmina Díaz para EFE.
Por si fuera un poco, un estudio realizado por la Univseridad de Dublín y publicado en la revista Pediatrics, encontró que los niños alimentados con lactancia materna, demostraban mayores habilidades, en comparación a aquellos que no.
Durante la investigación se tomaron en cuenta a más de ocho mil infantes, divididos entre los que se iban a alimentar con leche materna y los que no. En el proceso se evaluó su vocabulario y conducta por un periodo de cinco años y realizando pruebas a los nueves meses, tres y cinco años.
El resultado mostró que los niños alimentados con leche materna sacaban mejores notas en resolución de problemas, se adaptaban mejor a nuevas situaciones y poseían mayores habilidades cognitivas.
Niños más inteligentes
Además, los niños que disfrutaron la lactancia materna, tenían entre 20-30% más de materia blanca, una zona que es indispensable para el sistema nervioso central, capaz de controlar habilidades relacionadas al lenguaje, razonamiento, motricidad, emociones y sociabilidades. De igual manera, tenían mayores posibilidades de desarrollar un coeficiente intelectual más elevado, ayudándolo en el rendimiento académico.
Esto demuestra que ofrecer lactancia materna durante los primeros años de vida suele ser una ventaja para el bebé que dura por mucho años. “Son niños que responden mejor a las pruebas de inteligencia. Además, por la situación de apego que viven con sus madres, cuando llega la etapa de separación de ellas el niño enfrenta el mundo de manera diferente, y no es tan inseguro”, aseguró Díaz.
Por si fuera poco, dar pecho también protege a las madres de desarrollar cáncer de mama y ovario, al tiempo que les hace perder peso. Incluso por la grasa perdida, los riesgos de desarrollar diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares son muy bajos en la mujer.
Si bien la lactancia materna es la alimentación ideal para los bebés, no siempre es posible, ya sea por cuestiones de salud o separación de la madre. En estos casos lo mejor es consultar con un especialista para tomar las medidas indicadas que ayuden al buen desarrollo del bebé en todo momento.
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