Una de las predicciones más comunes de la cuarentena ha resultado ser falsa: la gente no está teniendo más bebés por tener más tiempo libre y en confinamiento. Por el contrario, la tasa de embarazos y nacimientos ha disminuido, informa CBS.
“Los datos provisionales de la tasa de natalidad proporcionados a CBS News por 29 departamentos de salud estatales muestran una disminución de aproximadamente el 7.3% en los nacimientos en diciembre de 2020, nueve meses después de que la Organización Mundial de la Salud declarara pandemia a COVID-19. California, el estado más poblado, informó una disminución del 10,2%. En el mismo período de tiempo, los nacimientos disminuyeron en un 30,4% en Hawái”, señaló el medio.
La causa de la baja en la tasa de embarazos es la crisis económica, que ha hecho a más parejas aplazar o descartar el ser padres durante esta temporada de pandemia y recesión en la que muchos han perdido sus empleos y estabilidad financiera.
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De acuerdo a Refinery29, un sondeo indica que hay un sector de la población que va en contra de la baja en la tasa de embarazos, pues mientras los latinos, afroamericanos y personas de bajos ingresos desean posponerlos, hay un 17% de la población que quiere tener hijos tan pronto como sea posible.
La publicación señala que puede deberse a un tema de privilegio, pero especialistas aseguran que mucha gente desea tener hijos porque ahora tiene tiempos para atenderlos, con el boom del trabajo remoto o desde casa y la posibilidad de ahorrar el dinero que antes destinaban a viajes, salidas, conciertos y todas esas actividades sociales que han caído en desuso durante la cuarentena.
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“El privilegio económico no es el único tipo que ha jugado un papel cada vez más importante durante la pandemia. Muchas personas que quieren tener hijos pero están lidiando con problemas de fertilidad, han tenido que suspender los tratamientos, retrasarlos o cancelarlos debido al cierre de las clínicas o los costos prohibitivos. De esta forma, la crisis ha exacerbado una desigualdad más”, describe la publicación.
De esta manera, el embarazo en la pandemia se ha convertido en una especie de privilegio que la mayoría no puede pagar.
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