Criar a tus hijos para un mundo que no conoces y que todavía no existe, es un reto para todo padre, que se ha vuelto radicalmente importante en esta época en que las tecnologías cambian con tanta rapidez y es necesario enseñar a los niños a mantenerse a ese ritmo.
Todos los padres quieren que sus hijos sean exitosos, ¿pero están en la capacidad de darles las herramientas para que lo sean o al menos saben las competencias que van a necesitar?
El Foro Económico Mundial emitió un informe titulado ‘El futuro de los trabajos’, en el que indica que el 43% de las empresas planea reducir sus puestos de trabajo debido a la integración tecnológica. Es decir, las máquinas y la inteligencia artificial estarán reemplazando a los humanos en sus tareas, como se ha dicho durante mucho tiempo.
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De acuerdo con el informe, las habilidades necesarias para triunfar en el futuro son el análisis y el pensamiento crítico, capacidad de resolución de problemas, autogestión, habilidad para trabajar con la gente y liderazgo y comunicación de actividades. También es necesario dominar el uso de la tecnología.
La formación en la mayoría de las escuelas no ha avanzado para ajustarse a esa realidad y la situación ha empeorado debido a la pandemia.
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Las habilidades necesarias para 2025
Para 2025, los empleadores valorarán mejor, y tendrán más facilidad para emprender quienes tengan los siguientes rasgos: pensamiento analítico e innovación, aprendizaje activo, creatividad, originalidad e iniciativa y liderazgo e influencia social.
También se medirá positivamente y es necesario enseñar a los niños diseño y programación de tecnología, resiliencia, flexibilidad y tolerancia al estrés, inteligencia emocional, orientación al servicio, habilidades de negociación y persuasión y razonamiento orientado a la resolución de problemas.
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Mientras tanto, en las escuelas latinoamericanas, los niños pasan largas horas memorizando fechas, haciendo caligrafías y adquiriendo conocimientos obsoletos, por lo que es necesaria una reforma curricular a gran escala.
Queda en los padres atender esos vacíos formativos en casa, y preparar a sus hijos mejor para los retos que ya están aquí.
