En las nuevas generaciones de madres se ha afianzado una práctica que en realidad es muy antigua: el colecho, que es lo mismo que tener al bebé durmiendo con su mamá o sus papás.
De acuerdo a la Asociación Española de Pediatría, esta práctica favorece la lactancia materna, pues permite que la madre tenga rápido acceso al bebé, y también ayuda a que ella descanse, pues no pierde tanto tiempo de sueño como cuando tiene que levantarse a amamantar a un recién nacido cada dos horas porque está en otra habitación.
Adicionalmente, algunos especialistas aseguran que el colecho es positivo para la seguridad del recién nacido, pues los padres están cerca para prevenir cualquier emergencia y en el aspecto emocional, refuerza el vínculo de la familia.
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Sin embargo, hay algunas normas que deben tenerse en consideración para hacer un colecho seguro. La primera de ellas es que el bebé debe estar acostado en un colchón firme, sin que tenga a su alcance mantas, almohadas u otros objetos que le puedan provocar asfixia.
Para garantizar la seguridad del niño, es importante que ni la madre ni el padre consuman bebidas alcohólicas ni fumen. Lo primero, porque el alcohol puede causar que caigan en un sueño profundo y generar un accidente, y lo segundo, porque la nicotina se excreta por La piel del adulto y puede ser absorbida por el niño, señalan los pediatras.
De igual manera, es importante que el niño esté del lado de mamá. Hay algunas cunas que se adaptan a la cama, y lo importante es que queden fijas, sin espacios entre la cama y la cuna, y que estén al mismo nivel que el colchón de la cama de los padres.
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Estas medidas no solo favorecen la lactancia materna, sino que ayudan a prevenir el síndrome de muerte súbita del lactante.
¿Hasta cuándo puedes hacer colecho? Como cada familia tiene sus tiempos y sus límites, no existe una edad establecida, pero los pediatras dicen que no hay problema hasta los 5 años.
Después de esa edad, los niños suelen comenzar a desarrollar la necesidad de querer sus propios espacios e individualidad.
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