Ser madre es entrar en un mundo totalmente distinto y aunque muchos consideran normal que los primeros días, después del parto, no puedas conciliar el sueño, eso no tiene que convertirse en un hábito constante. Si presentas inconvenientes para que tu bebé duerma toda la noche puedes incorporar trucos en la rutina diaria que te permitan conseguir el descanso en casa.
Vale destacar que no todos los bebés son iguales, pero por lo general los tips suelen funcionar en muchos casos. No obstante, si tu bebé, luego de probar con todos los pasos, no consigue dormir tranquilo en la noche, lo mejor es consultar con el pediatra y plantear el caso puntual con las características del pequeño.
Antes de acostar a dormir al bebé opta por darle un delicioso baño tibio en donde puedes incentivar el pequeño a relajarse dándole al cuerpo una sensación de frescura corporal.
Según la organización Raising Children, la temperatura idónea para un baño seguro es de 37-38 grados. Sin embargo, es mejor vigilar con un termómetro o incluso agitar el agua con las manos para verificar que todo esté seguro y evitar posibles quemaduras.
Otro punto bastante recomendable es ofrecerle al bebé un masaje relajante durante algunos minutos después del baño refrescante. Inicia la dinámica desde las extremidades inferiores para que estimules los pies y luego vas masajeando cada parte de su cuerpo de manera delicada.
De acuerdo con la Asociación Internacional del Masaje Infantil, dicha actividad es capaz de estimular en el pequeño la coordinación y el equilibrio, el sistema circulatorio y digestivo, el desarrollo y crecimiento muscular, el aprendizaje, la concentración, entre otros beneficios.
Como dice el dicho ‘barriga llena, corazón contento’. Después de darle al integrante más chiquito de la familia un delicioso baño aclimatado y un masaje relajante es hora de su última comida del día. Procura hacerlo en un entorno tranquilo en donde reine el silencio para que nada pueda distraer al bebé.
La cantidad de leche de fórmula ideal para los pequeños varía, según la Academia Americana de Pediatría luego del primer mes hay que darle por lo menos 4 onzas (120ml). Ya para los seis meses la proporción aumenta de 6 a 8 onzas (180 a 240ml). Aunque también es prudente optar por la lactancia materna y parar cuando quede completamente satisfecho.
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