La comunicación entre padres e hijos es fundamental para darle las herramientas necesarias a los pequeños y así explicarles cómo usarlas en momentos oportunos de la vida. Hablar con los niños sobre el amor propio es importante para el desarrollo de ellos.
Educar a los hijos es toda una responsabilidad pero no basta con decirle que deben ser amorosos y respetuosos con los demás, también es necesario enseñarlos a quererse y valorarse.
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El colegio puede preparar a los pequeños sobre historia, literatura y matemáticas pero casi nunca los enfrenta para la vida. Esa tarea recae sobre los padres y es vital que la cumplan para garantizar adultos estables y saludables emocionalmente.
¿Por qué hablar con niños sobre el amor propio?
El amor propio es saber mirarse con ojos de amor, es aprender a identificar qué mereces en la vida y qué definitivamente no puedes permitir. Si desde niños los padres les enseñan sobre el amor propio muchas historias de vida cambiarían y algunos problemas no hubiesen llegado tan lejos.
Dale el regalo de amarse a sí mismo
Los padres pueden ser muy consentidores pero hay enseñanzas que duran para toda la vida y hacen feliz al alma. Comprarle el juguete más costoso y moderno puede causar impresión o alegría en el niño pero darle las bases para que se ame a sí mismo es un regalo eterno y un acto de amor inteligente.
Enseña al pequeño a poner límites saludables
Es importante que desde una edad temprana los menores reconozcan que está bien decir ‘no’ cuando no están cómodos con algo o se sienten en peligro. Además, enseñarles a poner límites saludables es vital para que el día de mañana no sean adultos que acepten y perdonen cualquier comportamiento de su pareja o jefe de trabajo.
El amor propio es un poder que dura para siempre y le permite a las personas forjar carácter, establecer límites, conocerse mejor, cuidar sus sentimientos, ser fuerte, determinado y quererse por encima de todas las cosas.
Es cierto que la idea no es educar a un vanidoso, simplemente hay que enseñarle al niño que merece todo lo bonito de la vida y que no puede permitirse estar en un lugar o con una persona que obstaculice su proceso para brillar y ser feliz.