Cómo poner límites a los niños sin dañarlos, es una tarea que requiere tiempo y dedicación, de ello depende su comportamiento no solo durante la infancia, también en la vida adulta. Por eso, colocar normas y limitaciones es tan importante en los primeros años de vida, cuando comienzan a aprender sobre los valores necesarios para desenvolverse en el transcurso de la vida.
Mientras los niños van creciendo, los límites se vuelven más complejos y necesarios, ya que comienzan a experimentar emociones como el respeto y la empatía, dos rasgos funcionales entre sus características personales. Estos varían de acuerdo al ambiente donde se desarrollan y las oportunidades de educación que tengan, lo que influye en el éxito de la vida en comunidad.
Cómo poner límites a los niños sin dañarlos
De acuerdo a una investigación realizada por la Universidad Femenina del Sagrado Corazón, en Lima, Perú, los padres se basan en dos pilares para la crianza de sus hijos: el apoyo y el control. En el caso del apoyo tiene que ver con la comunicación, el razonamiento, el afecto y la comprensión. Mientras que el control está relacionado con el mandato y las reglas que deben ejercer durante la crianza.
De igual manera la Healthy Children, respaldada por la Academia Americana de Pediatría, recomienda algunas prácticas para poner límites a los niños sin dañarlos, promoviendo una actitud sana.
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Practicas que ayudan a poner límites en los niños
- Sé un ejemplo: para comenzar a poner límites a los hijos, es indispensable enseñarles sobre lo bueno y lo malo, con palabras y acciones calmadas. También es importante ser un ejemplo de conducta para que ellos aprendan.
- Reglas claras y coherentes: explique muy bien las reglas en términos apropiados para la edad, así ellos las entenderán más rápido.
- Las consecuencias son necesarias: calmado pero firme explique que al portarse mal debe enfrentar consecuencias. Ejemplo, dígale que de no recoger sus juguetes, tendrá que hacerlo usted, por lo tanto él o ella no podrá jugar en un límite de tiempo establecido.
- Siempre escucha: para una buena comunicación es importante escuchar los argumentos del niño, para ayudarlo a resolver sus problemas. De igual manera, esté atento a ciertos patrones, como por ejemplo, si siente celos hable con él o ella, en lugar de enfocarse solo en el castigo.
- Preste atención: otra manera de poner límites a los hijos es prestarle atención tanto a los comportamientos buenos como malos. Recordando que los niños requieren que sus padres siempre les presten atención.
- Prepáralo para actividades específicas: si hay una actividad específica donde al niño se le hace difícil comportarse, hable con el antes y explíquele cómo quiere que sea su actitud.
- Reoriente los comportamientos negativos: muchas veces los niños se portan mal por aburrimiento. En estos casos, busque otras actividades que el niño pueda hacer para distraerse.
- Responder de forma asertiva: decirle en el momento adecuado: “ahora no”, “esto ya lo hablamos” o “tendrás que esperar”, son respuestas necesarias para poner límite a los hijos sin dañarlos.
No cortes por completo sus alas
Aunque los límites son importantes para el desarrollo infantil, también es necesario permitirle actuar de forma independiente, pero con respeto. “Tan mala es la ausencia total de límites como que tengan muchos. Necesitan explorar, descubrir, inventar… todo esto implica cierto nivel de riesgo. Si limitamos (su conducta) tanto que los niños entienden que todo lleva unas normas que no se pueden pasar, estamos coartando su propio desarrollo”, explica Aber Domínguez, psicólogo y director de Domíngues psicólogos, para La Vanguardia.
La clave para evitar berrinches innecesarios y que los niños entiendan la importancia de los límites está en el equilibrio. Siempre recuérdales que deben respetar tanto a sus padres como a las personas que están a su alrededor.
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