De acuerdo a cifras de organizaciones no gubernamentales, a diario más de 37.000 ciudadanos venezolanos salen de su país hacia naciones vecinas, desesperados por la crisis y en busca de nuevas oportunidades laborales.
Colombia, España, Brasil, Chile y Argentina, son algunas de las naciones que mayor número de migrantes venezolanos han acogido en los últimos meses y donde, lamentablemente, se han registrado casos de xenofobia y rechazo a la presencia masiva de venezolanos en sus ciudades.
Mira también: ¿Trump no sabe colorear la bandera de EE.UU.? Esta imagen es la prueba de ello
Jesús Boadilla, el sacerdote de Pacaraima (un pueblo de Brasil fronterizo con Venezuela), es consciente de la situación que se vive en el país gobernado por Nicolás Maduro y ha decidido convertirse en una ‘mano amiga’ para aquellos que salen huyendo del país bolivariano.
Pacaraima es el primer pueblo de Brasil cuando se llega procedente de Venezuela. Aunque cientos de sus habitantes critican que el párroco ayude a los venezolanos teniendo en cuenta la situación económica y social de los brasileños, el padre Jesús ignora este tipo de comentarios y se ha convertido en el salvavidas de cientos de venezolanos.
Te puede interesar → Con un dron, graban por primera vez a una tribu no contactada del Amazonas
“Empezamos hace un año y medio, sin ayuda de nadie, con mucho esfuerzo y sacrificio, sirviendo unos 80 desayunos, sobre todo a los indígenas de la etnia Warao, que fueron de los primeros en llegar”, cuenta el sacerdote.
Con ayuda de 20 voluntarios, el párroco sirve aproximadamente 1.600 desayunos a diario para los venezolanos que llegan sin dinero ni vivienda a territorio brasileño. “Vienen sin dinero, sin domicilio, sin amigos, pero también vienen con una gran esperanza, con la esperanza de que están en la tierra prometida. Eso me entusiasma”, dice el sacerdote en diálogo con El Mundo, de España.
Nacido en España hace 77 años, el religioso confiesa que no recibe donaciones de dinero para la labor que adelanta y son las comunidades religiosas y organizaciones internacionales, las que le proveen de alimentos para los venezolanos. “Yo sé que algunos no me tienen mucha simpatía, porque creen que ayudo a quien no debe ser ayudado, pero cada vez que escucho un comentario negativo para mí es una medalla. Bienaventurados los calumniados por causa de la Justicia”, dice.
El padre es consciente que para muchos de los venezolanos que llegan a Brasil su ‘Café Fraterno’ es lo único que los sostiene en todo el día. Además, ha adecuado el patio de su iglesia para poder atender en diferentes turnos a las cientos de personas que llegan en busca de pan y café.
La Iglesia suministra los desayunos diarios a nuestra comunidad indígena warao desplazada en Pacaraima. Los almuerzos, cenas y atención médica son suministrados por el gobierno de Brasil. pic.twitter.com/r88PB5ST9g
— David Smolansky (@dsmolansky) 27 de agosto de 2018
Síguenos también en Twitter ↓
El Everest podría estar en peligro por culpa del excremento humano. AQUÍ les contamos por qué ➡ https://t.co/XJEzSejfL0 pic.twitter.com/iWu2ZNstW4
— América Digital (@AmericaDigital) 27 de agosto de 2018