“El límite se lo pone uno”: la inspiradora historia de Gabriel Heredia, el peluquero sin manos

“Trato de superarme todos los días. El límite se lo pone uno. Yo no tengo techo”, estas son las palabras de Gabriel Heredia al ser entrevistado luego de que su historia de vida se convirtiera en un ejemplo de superación mundial.

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El argentino de 20 años, peluquero de profesión, asegura que nunca ha tenido limitantes pese a que nació sin la parte de abajo de sus brazos. “Yo nací así. Pero siempre hice de todo. Estudié, aprendí a servirme un vaso con alguna bebida, a andar en bicicleta, en cuatriciclo y hasta manejé un auto. Y si había alguna cosa puntual que no podía resolver por mis propios medios, ahí sí estaba mi mamá”, señala Heredia, quien empezó a trabajar cuando tenía 14 años.

En su época escolar, Gabriel fue un niño ‘custodiado’ por sus compañeros de clase y al menor indicio de bullying, todos se lanzaban a defenderlo. El mismo apoyo recibió de su familia: pese a su discapacidad, ellos lo impulsaban a aprender y progresar en sus estudios y en su vida personal.

Su pasión por la peluquería inició por su madre, quien también se dedica a esa profesión. “De ella copié algunas técnicas”, confesó el joven, quien probó sus primeros cortes con sus hermanos y amigos.

La primera barbería que abrió Gabriel, gracias al apoyo de su familia, fue en la ciudad de San Isidro, localizada en la provincia de Buenos Aires. Aunque inicialmente los clientes dudaban de su profesionalismo, con su talento y habilidad para los cortes de cabello, Gabriel empezó a tener clientes fieles quienes popularizaron su trabajo en el mundo del estilismo.

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Al no tener suficientes ingresos para cubrir la renta del local en San Isidro, Heredia se trasladó a Villa 21-24 en Buenos Aires. Hasta allí se trasladaron sus clientes fieles y hoy el famoso peluquero recibe a más de 100 personas por día: incluso es habitual que en la puerta de la barbería siempre haya una cola.

“Lo que más me gusta de mi trabajo es que la gente se va contenta. Les gustan los cortes que les hago, se sienten cómodos, a gusto y eso me pone muy feliz”, asegura Gabriel, quien tiene un hijo de un año, que se ha convertido en su principal motivación.  

“Siempre hay que salir adelante, nunca dejarse llevar por lo que te dicen los demás”, puntualiza Heredia, cuya historia de vida ha sido ampliamente difundida por medios internacionales en redes sociales, convirtiéndose en un verdadero ejemplo de fortaleza y superación.