El diputado a la Asamblea Nacional, Mauro Aurelio Quiñones, explicó el 8 de julio que ante la nueva ronda de reuniones organizada por el Gobierno de Noruega en Barbados es una de las opciones que se manejan en paralelo para conseguir la salida de Nicolás Maduro del poder.
Quiñones recalcó que en el mecanismo sugerido por Oslo, tanto la administración de Maduro como la oposición venezolana han expuesto varios planteamientos para salir de la situación actual de Venezuela, pero fue enfático al decir que desde los sectores que adversan al Ejecutivo no se aceptará una ruta que no conduzca al “cese de la usurpación”.
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En ese sentido, dijo que en la búsqueda de mecanismos que sean menos traumáticos para el país, “no nos vamos a entregar, ni que la dictadura nos vea la cara”. De igual forma, recordó que parte de la hoja de ruta ofrecida es la realización de elecciones libres, por lo que la presencia de la presidenta del Consejo Nacional Electoral, Tibisay Lucena, en esta ecuación no es posible.
Manifestó que para Voluntad Popular, partido donde Quiñones milita, el tiempo importa porque existen venezolanos en peligro de muerte, por lo que “no se prestarán al juego de la dictadura” ni permitirán que el actual Ejecutivo pueda beneficiarse de dichas conversaciones para tomar tiempo y así “contener la división interna” que hay en la administración. “No tuvo la fuerza para hacer cambios en el Ministerio de la Defensa. No tiene el control político”, dijo en torno a Maduro.
“No hay ápice de posibilidad de ceder. Que Venezuela tenga la certeza de eso. A nosotros nos ha quedado claro que tenemos que andar con todas las opciones sobre la mesa”, resaltó y alertó que se encuentran preocupados porque se generen episodios como las muertes de Fernando Albán y el capitán Rafael Acosta Arévalo, ambas ocurridas mientras estaban en custodia de los organismos de seguridad.
Reveló que el presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, quien se juramentó como presidente encargado de Venezuela, sostuvo una reunión con Enrique Iglesias, enviado especial del Grupo Internacional de Contacto en donde evitó dar detalles de la misma, aunque sí dijo que el uruguayo estaba preocupado por lo que se vive en la nación sudamericana.
Respecto al Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), el parlamentario aseguró que existe un acuerdo político para su aprobación y recordó que la Asamblea Nacional envió el proyecto a la Comisión de Política Exterior para que se apruebe, siendo un mecanismo alterno como el ofrecido por Noruega, que según su opinión, el informe presentado por la alta comisionada de DDHH de la ONU, Michelle Bachelet, ofrecerá un “color distinto” a esa reunión.
Criticó los señalamientos hechos por la administración de Maduro al informe antes citado y a su juicio, “lo mejor que han podido conseguir es una campaña para desprestigiar a Michelle Bachelet”, al tiempo que recalcó que desde el Ejecutivo quisieron mostrarle lo mejor del país y cuando salió el informe “ahora es la enemiga”.
“Ese informe acelera los tiempos para activar mecanismos y lograr el cese de la usurpación. Lo que se señala en el informe pudiera traer implicaciones legales para quienes representan al régimen”, finalizó.