Los países integrantes de la Unión Europea (UE) reiteraron el viernes 21 junio que el acuerdo de divorcio con Gran Bretaña no se puede renegociar, independientemente de quien suceda a Theresa May como primer ministro en ese país.
El presidente de la Comisión Ejecutiva, Jean-Claude Juncker, dijo que los líderes del bloque sostienen unánimemente que el acuerdo, el cual fue rechazado tres veces por el Parlamento británico, no sea renegociado.
“Repetimos unánimemente que no habrá renegociación del acuerdo de salida”, agregó Juncker en Bruselas tras una reunión de gobernantes de la UE a la que no asistió May, señaló AP.
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Dijo que los 27 líderes rechazaron cualquier llamado del sucesor de la actual “premier” a reanudar las negociaciones en torno al acuerdo de salida, que abarca los derechos de los ciudadanos, la frontera irlandesa y el monto de la deuda de Gran Bretaña con la UE.
Donald Tusk, quien como titular del Consejo Europeo preside las cumbres de la UE, dijo que podría haber modificaciones a la declaración política que acompaña el acuerdo sellado. La declaración, más vaga, esboza la futura relación comercial entre la UE y Gran Bretaña, entre otros asuntos.
La salida estaba prevista para el 29 de marzo, pero se otorgó un aplazamiento hasta el 31 de octubre debido al rechazo del acuerdo por el Parlamento en Londres.
Dado que no se han registrado avances en el tiempo transcurrido, un nuevo aplazamiento es algo probable.
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Sin embargo, algunos líderes de la UE dicen que solo debe otorgarse en el caso de que Gran Bretaña convoque a elecciones generales.
“No es posible (que) por el hecho de cambiar el líder en el Reino Unido debamos postergar las decisiones”, dijo el premier luxemburgués Xavier Bettel.
Los temores de un Brexit sin acuerdo se acrecentaron durante la contienda para suceder a May. Boris Johnson, el favorito para ganar la elección de julio en la que participan los afiliados al Partido Conservador, ha dicho que está dispuesto a consumar una separación del bloque europeo sin acuerdo.
Economistas y empresarios sostienen que una ruptura total con la UE, que representa alrededor del 59% del comercio británico, provocará una recesión profunda.
