Recientemente se conoció la historia de un hombre de origen alemán, que convivió con lo que él creía que era una perra de raza lobo checo, pero más adelante se llevó una gran sorpresa y se dio cuenta que todo el tiempo vivió con una loba ibérica.
Según el alemán, cuando compró el animal, los documentos acreditaban al a la loba ibérica como una perra de raza lobo checo, los documentos estaban en regla y garantizaban que era una perra.
Sin embargo, varios vecinos del vecindario en el que vivía el animal, sospecharon que este no era un perro y fueron ellos quienes denunciaron que por su tamaño, morfología y comportamiento no se trataba de un perro.
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Tras la denuncia, el un grupo de expertos realizaron una prueba de ADN para comprobar si se trataba de una loba y más adelante, tras dichas pruebas, se confirmó que este sería un ejemplar de Canis lupus signatus, (Lobo ibérico).
Ante el descubrimiento, el animal y las tres crías que tuvo con un perro común, se encuentran en manos de las autoridades encargadas y fueron entregados voluntariamente por su dueño para que cuidaran de ellos.