La Cámara de Representantes de Estados Unidos recibió este martes los testimonios de tres funcionarios de la Casa Blanca y un alto diplomático en una sesión de 11 horas en el marco de la investigación contra el presidente, Donald Trump.
El principal experto en Ucrania del Consejo de Seguridad Nacional (NSC, en inglés), Alexander Vindman, y una asistente de la Vicepresidencia, Jennifer Williams, aseguraron que la petición de Trump al presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, les pareció “impropia” e “inusual”.
“Estaba preocupado por la llamada. Lo que escuché fue impropio. Fue inapropiado que el presidente de Estados Unidos exigiera a un Gobierno extranjero que investigara a un oponente político”, indicó Vindman al referirse a la llamada del 25 de julio entre Trump y Zelenski.
Asimismo, a petición de los legisladores republicanos declararon el exenviado especial para Ucrania Kurt Volker y el exencargado de Rusia en el NSC, Tim Morrison, quienes con mayor cautela reconocieron que la solicitud de Trump a Zelenski era contraria a los intereses nacionales estadounidenses.
Estas nuevas declaraciones se conocen en el marco de las investigaciones que adelanta la Cámara de Representantes contra Trump, sobre las supuestas presiones a Ucrania para que investigara al exvicepresidente y candidato demócrata a la presidencia Joe Biden.
Las audiencias se vienen desarrollando con el objetivo de establecer si el mandatario estadounidense abusó de su poder para presionar al presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, para que iniciara esta investigación contra su contendor político, amenazando a ese país con congelar la ayuda militar por 400 millones de dólares.
UNA LLAMADA “IMPROPIA”
Vindman, que apareció ante el Congreso en uniforme, tuvo un duro encuentro con el republicano de mayor rango del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes, Devin Nunes, quien se refirió a él como “señor”, obviando su rango castrense.
Vindman es acusado por los republicanos de tener algún tipo de interés político personal cuando alertó a sus superiores sobre la llamada de Trump con Zelenski.
No obstante, el coronel defendió que su intención fue solo “plantear estas preocupaciones porque tenían importantes implicaciones de seguridad nacional para EE.UU”.
En su testimonio, Vindman argumentó que durante la primavera de este año se dio cuenta de que el entonces fiscal general de Ucrania, Yuri Lutsenko, y el abogado personal de Trump, Rudy Giuliani, “promovieron una narrativa falsa que socava la política de Estados Unidos en Ucrania”.
Asimismo, comentó que la Casa Blanca obvió el nombre “Burisma” de la transcripción de la llamada que hizo pública, en alusión a la empresa ucraniana en la que trabajó Hunter Biden, hijo de Je Biden, a la que Trump pedía adelantar las investigaciones.
“FUE INUSUAL”
Por su lado, la asistente de la Vicepresidencia, Jennifer Williams, adoptó un tono menos contundente, aunque sostuvo que la llamada del 25 de julio entre Trump y Zelenski le sorprendió por lo poco habitual de su contenido.
“Fue inusual ya que, en contraste con otras llamadas presidenciales, implicó una discusión sobre lo que parecía ser un asunto de política doméstica”, señaló Williams.
La alta funcionaria también rechazó haber sido citada directamente por Trump en uno de sus mensajes de Twitter este fin de semana en los que la calificó de “nunca trumpista”, como se conoce a quienes desde la campaña electoral de 2016 se niegan a apoyarle a pesar de ser conservadores.
“Ciertamente, me sorprendió. No esperaba ser identificada con ese nombre”, apuntó Williams.
MÁS TESTIMONIOS
Morrison, quizás el testigo menos perjudicial para Trump hasta la fecha, sembró dudas sobre el testimonio de Vindman, quien era su subordinado y del que dijo había recelos sobre su criterio en el Consejo de Seguridad Nacional de EE.UU.
El exencargado de Rusia fue uno de los que escuchó la llamada del 25 de julio entre los dos mandatarios y defendió que no le pareció ni “impropia ni ilegal”, pero dijo que “no es lo que recomendamos que los presidentes discutan”.
Las audiencias públicas seguirán este miércoles con el testimonio del embajador estadounidense ante de la Unión Europea (UE), Gordon Sondland, quien tuvo un rol clave en la trama ucraniana.
Lo cierto, es que el proceso de investigaciones iniciado en la Cámara baja se viene adelantando con el objetivo de determinar el papel que tuvo Trump en el denominado Ucrania-Gate y si esto abre la posibilidad de que el mandatario sea llevado a un juicio político en el Congreso.
De confirmarse el abuso de poder, Trump puede convertirse en el tercer presidente estadounidense en ser sometido a un juicio político, después de Andrew Johnson en 1868 y Bill Clinton en 1998, aunque ninguno de los dos fue destituido.
Sin embargo, el presidente republicano Richard Nixon renunció en 1974 ante la inminencia de ser juzgado por el escándalo de Watergate.
América Digital / EFE /AP