La Organización Mundial de la Salud (OMS) presentó unas cifras bastante alarmantes por cuenta de la mordedura de serpientes, las cuales se estiman que afectan a más de 5.4 millones de personas al año en el mundo
Estas cifras representan un importante problema de salud pública, principalmente para los países tropicales y subtropicales donde se presentan mayor parte de estos casos.
La preocupación está dada en que millones de hombres, mujeres y niños están expuestos sufrir una mordedura de serpiente en sus actividades cotidianas como caminar a la escuela, cuidar jardines, sembrar alimentos, arrear ganado, buscar agua o simplemente ir al baño.
Many #snakebites ? go unreported, often because victims seek treatment from non-medical sources or do not have access to health care https://t.co/VQvbNLWZ5x pic.twitter.com/MAPivT4Xwz
— World Health Organization (WHO) (@WHO) 7 de mayo de 2019
Lo cierto es que encontrarse con una serpiente puede ocurrir en cualquier momento, con simplemente dar un mal paso, perder la concentración de lo que se está haciendo o estar en el lugar equivocado, aspectos que pueden ser fatales para una persona.
Precisamente, estas mordeduras conllevan a que entre 1.8 y 2.7 millones de personas resulten envenenadas en el mundo. Además, se estima que estas mordidas causan la muerte de entre 81.410 y 137.880 personas, sumado a las amputaciones y discapacidades de las víctimas.
De acuerdo con la OMS, la mayoría de estos casos se presentan en países de África, Asia y América Latina. Este envenenamiento afecta principalmente a mujeres, niños y agricultores de las zonas rurales en países de ingresos bajos y medios.
Pero la preocupación de este complejo panorama es que la mayor carga se produce en los países donde los sistemas de salud son más débiles y los recursos médicos escasos para atender una emergencia de este tipo.
“Los sistemas de salud en muchos países donde las mordeduras de serpientes son comunes a menudo carecen de la infraestructura y los recursos para recopilar datos estadísticos sólidos sobre el problema”, indicó la OMS.
Para la organización, otro problema está reflejado en factores culturales, sociales y económicos de la población que muy pocas veces acuden a un centro asistencial para atender una mordedura de serpiente y optan por las prácticas empíricas y ancestrales.
En ese sentido, la ONU y la OMS han establecido el envenenamiento por mordedura de serpiente como una de las enfermedades tropicales desatendidas de mayor prioridad en 2017.
Efectos sobre la salud
Las mordeduras de serpientes venenosas pueden causar emergencias médicas agudas que involucran parálisis severa, problemas de respiración y trastornos de sangrado que pueden llevar a una hemorragia fatal.
Asimismo, puede generar una insuficiencia renal irreversible y la destrucción local severa de tejidos que puede causar una discapacidad permanente o la amputación de las extremidades en las que se haya expandido el veneno.
En el caso de los niños, estos pueden sufrir consecuencias más graves y severas porque experimentan los efectos más rápidamente que los adultos debido a que su masa corporal es más pequeña.
Tratamiento
En contraste con muchas enfermedades de salud graves, existe un tratamiento altamente efectivo con un antídoto para el veneno, el cual es eficaz para prevenir y revertir la mayoría de los efectos venenosos de las mordeduras de serpientes.
Este tratamiento puede salvar la mayoría de las muertes y las graves consecuencias de las mordeduras, sin embargo el mayor problema se está presentando porque no son disponibles y accesibles en las zonas donde se presentan la mordedura.
“Una combinación de factores ha llevado a la crisis actual. Los datos deficientes sobre la cantidad y el tipo de mordeduras de serpientes han dado lugar a dificultades para estimar las necesidades”, indicó la OMS.
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En medio de este escenario, la OMS ha incluido a estos tratamientos en la Lista de medicamentos esenciales y deben formar parte de cualquier paquete de atención primaria de salud donde se producen las mordeduras de serpientes.
En la actualidad muy pocos países tienen la capacidad adecuada para la fabricación de antivenenos, y muchos fabricantes confían en fuentes comerciales comunes. Sin embargo, este panorama no refleja adecuadamente la variación geográfica y las especies de serpientes que muerden a las personas.
América Digital
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