El expresidente francés Nicolas Sarkozy será juzgado por la presunta financiación irregular de la campaña de 2012, después de que el Tribunal Supremo desestimara este martes el recurso presentado para evitar sentarse en el juzgado.
El llamado caso “Bygmalion” fue abierto en 2014, año en que la prensa reveló que el exmandatario superó el límite máximo de gasto permitido durante una campaña electoral, que era de 22,5 millones de euros (cerca de 24.048.970 dólares).
Su abogado, Emmanuel Piwnica, hizo notar en la cadena “BFM TV” que lo único que se le reprocha a su cliente es haber sobrepasado los límites de financiación, pero que no estaba implicado ni conocía la supuesta trama de falsificación de facturas.
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Las cuentas de esa campaña -en la que salió derrotado frente al socialista François Hollande- fueron invalidadas en julio de 2013 por el Consejo Constitucional, encargado de revisarlas, lo que motivó que tuviera que pagar más de 360.000 euros de multa y devolver la subvención pública, de casi 12 millones.
Esa multa no impidió que se abriera una investigación judicial y que en febrero de 2016 fuera inculpado.
Otros procesos pendientes
El llamado caso de las escuchas.
Los magistrados pincharon su teléfono ante las sospechas de que pudo recibir financiación del régimen libio de Muamar el Gadafi durante la campaña que en 2007 le llevó al Elíseo, algo por lo que fue imputado en marzo del año pasado.
Algunas de esas escuchas, validadas por la Justicia, dejaban entrever que Sarkozy estaba dispuesto a ayudar a ese magistrado a obtener un puesto en Mónaco a cambio de que influyera en la decisión del Tribunal Supremo sobre el caso Bettencourt.