El dirigente socialista Pedro Sánchez fue investido este martes como presidente de una coalición de gobierno de izquierda en España tras una ajustada votación en el Congreso, lo cual pone fin a ocho meses de parálisis política en este país.
En el poder desde junio de 2018, el líder del PSOE obtuvo 167 votos a favor, 165 en contra y 18 abstenciones que le permitirán mantenerse al frente del ejecutivo español, que a partir de ahora gobernará en una coalición inédita con el partido de izquierda radical Podemos.
La investidura, sostenida por numerosas formaciones regionales, termina con el bloqueo político iniciado en España desde las elecciones de abril, el fracaso en las negociaciones para formar un gobierno y la posterior repetición electoral de noviembre.
“Va a haber una coalición progresista, porque así lo han decidido los españoles y la mayoría parlamentaria del Congreso”, dijo Sánchez antes del voto definitivo, donde llamó a terminar esta parálisis que tuvo al país “desprovisto de herramientas para abordar sus problemas y para encarar los desafíos de futuro”.
El domingo, el Congreso había rechazado su investidura en una primera votación en la que no alcanzó la mayoría absoluta de 176 sobre 350 diputados, tras un agrio debate iniciado el sábado.
En él, los partidos de oposición de derecha arremetieron duramente contra los pactos alcanzados por el PSOE para asegurar la investidura, especialmente con la formación separatista catalana Izquierda Republicana de Cataluña (ERC), cuyos 13 diputados se abstuvieron.
Los socialistas pactaron crear una mesa de negociación entre el gobierno central y el regional catalán para resolver el conflicto nacido en esta región del noreste de España por el auge del separatismo.
Los acuerdos surgidos de esa negociación, además, se someterán a votación a los catalanes.
Pablo Casado, líder de la segunda fuerza parlamentaria, el conservador Partido Popular (PP), lo calificó como un “gobierno contra España, el más radical” de la historia del país.
Desde las filas de la extrema derecha de Vox, aupado como tercer partido en el Congreso, su líder Santiago Abascal aseguró que es un ejecutivo “ilegítimo”.
Sánchez liderará un gobierno de coalición entre PSOE (120 diputados) y Podemos (35), con un programa social, ecologista y feminista, que promete un giro a la izquierda con medidas como un alza impositiva a los más ricos, regulación de alquileres y la derogación parcial de una reforma liberal del mercado laboral.