En medio de la medida de toque de queda, de sentimientos de miedo y armados con palos y piedras miles de colombianos pasaron la noche en vela cuidando sus unidades residenciales de grupos de encapuchados que amenazaban con entrar a sus viviendas, como ocurrió a lo largo del día en barrios del sur de la capital colombiana.
A pesar del toque de queda que la Alcaldía de Bogotá estableció desde las 9:00 de la noche, hora local, en toda la ciudad, debido a los disturbios y saqueos que provocaron el caos en barrios populares del sur bogotano, como Patio Bonito, Molinos, Perdomo, Meissen y Tintal, así como en el vecino municipio de Soacha, los saqueadores también hicieron presencia en barrios del norte, según denuncias de moradores.
“Aquí estamos como cien personas haciendo vigilancia porque son cuatro las torres del conjunto”, dijo a Efe Mario Riveros, habitante de un condominio de apartamentos en el barrio de Mazurén.
Estas medidas fueron tomadas después de que comenzaran a circular en redes sociales noticias de intentos de saqueo en viviendas de barrios como Castilla, Modelia, Salitre, Villa Cristina, Casablanca y La Campiña, en las zonas oeste y norte de la ciudad.
Por esa razón, en edificios de esos barrios y de otros como Colina Campestre, Cedritos y Orquídeas, los habitantes organizaron turnos de guardia junto con los vigilantes habituales de las unidades residenciales pues temían que la situación se agravara durante la madrugada.
Ante la emergencia, los improvisados guardianes se han armado con cuchillos, palos, extintores de fuego y todo lo que pueda servir para espantar a posibles invasores.
En algunos barrios, como Mazurén, vecinos dijeron haber escuchado disparos y en otros se activaron las sirenas de emergencia para cuando haya movimientos sospechosos.
Varias personas han publicado en redes sociales que han intentado pedir ayuda a la Policía pero que la línea 123 de atención al ciudadano estuvo colapsada, aunque un helicóptero de la institución sobrevoló constantemente la ciudad.
Los saqueos en los barrios del sur de Bogotá comenzaron esta mañana del viernes tras las protestas pacíficas del jueves contra la política del presidente Iván Duque, y motivaron que el alcalde de la ciudad, Enrique Peñalosa, declarara el toque de queda, que entró en vigor a las 8:00 de la noche para tres localidades y una hora más tarde para el resto de la ciudad.
A lo largo del día hubo enfrentamientos de vándalos con la Policía en barrios del sur, como Patio Bonito, donde la situación solo se calmó por la noche tras la llegada de efectivos del Ejército con tanquetas.
Peñalosa le restó importancia a las denuncias de intentos de saqueos en conjuntos residenciales y dijo que se trata de “una campaña orquestada” para “generar terror entre los ciudadanos”, por lo cual los invitó a “mantener la calma”.
América Digital/EFE