Alonso Medina Roa, abogado que lleva la causa del capitán Rafael Acosta Arévalo, recalcó el 10 de julio que aunque los familiares pudieron hacer un reconocimiento al cuerpo del militar muerto mientras estaba en custodia de los organismos de seguridad venezolanos, la entrega del cadáver se hizo al Estado ya que fue quien decidió la forma y el lugar en donde serían inhumados los restos mortales del oficial de la Armada.
Medina Roa relató que durante la mañana del 10 de julio, los familiares de Acosta Arévalo recibieron la llamada de la Morgue de Bello Monte para ir a la entrega del cuerpo. Ya en el lugar, se procedió a cumplir con los procedimientos de rigor, como la entrega del acta de defunción y luego de eso, la representante de la Fiscalía notificó que el Tribunal 36 de Control del Área Metropolitana de Caracas ordenó la “inhumación controlada” del cuerpo.
Los familiares tenían la intención de velar al capitán de fragata (ascendido post mortem por el presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó) en Maracay, estado Aragua, de donde es oriunda su familia pero al ser el Estado quien decidió el lugar del entierro, el deseo familiar quedó en segundo plano. Dijo que en el acto estuvo un pequeño grupo de familiares y el resto varios representantes de instituciones del Estado como la Defensoría del Pueblo, Ministerio Público, órganos de seguridad, de inteligencia y un sacerdote.
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A su juicio, la decisión que tomó el Ejecutivo “desde un punto de vista burdo” dice que “yo lo mato, yo lo entierro”, ya que no existe un argumento de fondo y solo lo que existe es una decisión de un tribunal. Recordó que el Tribunal 36 de control “ha puesto obstáculos en la representación jurídica” en el caso, desconociendo la condición “de víctima indirecta” de la hermana.
Aseguró que continuará el proceso judicial y anunció que se solicitarán diligencias ante el Ministerio Público.
Dijo que el informe refleja que Acosta Arévalo murió de “politraumatismos generalizados con objetos contundentes”, que tradujo al decir que “lo molieron a palos en la Dgcim”. Además, recordó que las lesiones óseas se mantienen y que cuando se haga un reconocimiento posterior, se cotejará el informe.