Una nueva manifestación, protagonizada por miles de personas, se registró el 21 de julio en Hong Kong, siendo el séptimo fin de semana consecutivo en el que se registran protestas contra el gobierno pro-Pekín de este territorio semiautónomo.
Desde el 9 de junio, Hong Kong es el escenario de inmensas manifestaciones en las que hubo algunos incidentes violentos entre la policía y manifestantes radicales.
El movimiento empezó con el rechazo de un proyecto de ley, ahora suspendido, que autorizaba las extradiciones a la China continental.
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Luego las protestas se ampliaron para pedir que se mantengan las libertades democráticas de las que goza Hong Kong, en particular la libertad de expresión y la independencia de la justicia.
En teoría esta excolonia británica, que volvió bajo control de China en 1997, debería conservar sus libertades hasta 2047 gracias al acuerdo de retrocesión.
“Cuando las abuelas están en la calle ¿como puedes quedarte frente al televisor?”, dijo a la AFP Anita Poon, de 35 años, que vino a manifestarse por primer vez.
Las autoridades reforzaron la seguridad en el centro de este centro financiero internacional.
Las barreras metálicas, a veces utilizadas como barricadas por los manifestantes, fueron retiradas y la sede de la policía quedó rodeada con barreras de seguridad de plástico llenas de agua.
Los manifestantes piden la dimisión de la jefa del ejecutivo de Hong Kong, Carrie Lam, que tiene el apoyo de Pekín, así como la retirada del proyecto de ley sobre las extradiciones y una investigación independiente sobre la violencia policial, entre otras demandas.
El sábado varias decenas de miles de personas se manifestaron en Hong Kong para apoyar a la policía y al gobierno pro-Pekín.