El primer ministro de Malasia, Mahathir Mohamad, rechazó el 20 de junio la conclusión de que Rusia podría estar implicada en el derribo del vuelo MH17 de Malaysia Airlines en Ucrania en 2014. A su juicio, cree que existen motivaciones políticas para señalar a Moscú como presunto responsable del incidente.
Mahathir no cree que los hallazgos de un equipo investigador internacional “sean ciertos” ya que se basaron en especulaciones.
“Estamos muy insatisfechos porque desde el principio, se convirtió en una cuestión política sobre cómo acusar a Rusia de la fechoría. Incluso antes de iniciar la investigación, ya acusaban a Rusia”, dijo durante una rueda de prensa, recoge el diario Malaymail.
El líder del Gobierno malasio volvió a reclamar “pruebas sobre la culpabilidad” de que el Ejército ruso fuera el responsable del lanzamiento del misil que derribó la aeronave, después de que el Equipo de Investigación Conjunta (JIT) apuntara la víspera a tres agentes rusos y un ucraniano como implicados en el incidente.
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“Ahora (el JIT) dice que tiene pruebas, pero es muy difícil para nosotros aceptarlas (…) Queremos pruebas de la culpabilidad (de Rusia), pero hasta ahora no hay pruebas, solo rumores”, atajó el primer ministro.
El equipo investigador, formado por detectives y fiscales de Holanda, Malasia, Australia, Bélgica y Ucrania, dijo en 2018 que estaba convencido de que el sistema de misiles Buk que se empleó para disparar y derribar el MH17 pertenecía a la 53ra brigada de misiles antiaéreos del ejército de Rusia, con base en la ciudad rusa de Kursk, recordó AP.
Las autoridades holandesas anunciaron el miércoles que se emitirán órdenes de arresto internacional para los rusos Sergey Dubinsky, Oleg Pulatov e Igor Girkin, y el ucraniano Leonid Chartsjenko, por su presunta involucración en el derribo del avión de Malaysia Airlines MH17 en el este de Ucrania en 2014.
Los sospechosos serán procesados por el asesinato de los 298 pasajeros del vuelo, aunque la justicia tendrá en cuenta tanto el contexto de conflicto civil en el que se produjo el derribo como el hecho de que los acusados hayan podido querer derribar un avión militar y no de pasajeros, subrayó EFE.
El 17 de julio de 2014, el vuelo MH17 de Malaysia Airlines fue derribado en el este de Ucrania, zona de conflicto armado entre el ejército del país y separatistas prorrusos que causó la muerte de las 298 personas que iban a bordo, entre ellas 193 holandeses.
El vuelo MH17 entre Amsterdam y Kuala Lumpur fue abatido por un misil tierra-aire disparado desde una zona controlada por milicias separatistas prorrusas, y el Consejo de Seguridad de Holanda concluyó que se trataba de un misil Buk de fabricación rusa.
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El JIT, formado después del desastre, reveló en un informe el año pasado que el sistema de misiles aéreos que derribó el avión malasio pertenecía a una unidad militar rusa, que lo trasladó desde Kursk (Rusia) hasta un territorio controlado por separatistas prorrusos en Donetsk (este de Ucrania) un mes antes del ataque.
Tras la publicación del informe, Holanda y Australia, países de los que proceden mayoritariamente las víctimas, responsabilizaron formalmente a Rusia de “participar” en el derribo del MH17.
Rusia ha negado rotundamente los dos principales argumentos de la comisión de investigación: que el misil que abatió el aparato fuera lanzado desde una zona controlada por los separatistas prorrusos y que la lanzadera hubiera sido transportada desde la nación euroasiática, adonde habría sido llevada de vuelta tras la catástrofe.