El líder supremo de Irán, Alí Jameneí, instó este viernes a “la resistencia” frente a Estados Unidos, tanto del pueblo iraní como de los países de la región, así como a no confiar en Europa, en un momento de fuertes presiones internas y externas.
Ante decenas de miles de personas, congregadas para escuchar el sermón del líder durante el importante rezo musulmán en Teherán, reconoció que las últimas dos semanas fueron “agitadas” y marcadas por “eventos amargos y dulces”.
Consciente del delicado periodo que atraviesa el país desde principios de mes, Jameneí decidió darse un baño de masas y dirigir él mismo el sermón del viernes, algo excepcional que no hacía desde el año 2012.
“La resistencia debe continuar hasta que la región esté completamente libre de la tiranía del enemigo”, subrayó el líder, quien urgió a la unidad de los países islámicos contra EE. UU. por sus intentos de “crear discordias” y “controlar la región y sus riquezas”.
La salida de las tropas estadounidenses de Oriente Medio es el objetivo declarado por Irán como venganza por el asesinato en un bombardeo de EE. UU. en Bagdad del poderoso general Qasem Soleimaní el pasado 3 de enero.
EL PUEBLO IRANÍ NO SE RINDE
La presencia masiva de ciudadanos en los funerales organizados en honor de Soleimaní en Irán demuestra, según el líder supremo, que “el pueblo iraní apoya la resistencia y rechaza rendirse”.
Días después del asesinato de Soleimaní, que era el comandante de la Fuerza Quds, la Guardia Revolucionaria iraní atacó con misiles una base militar en Irak con presencia de tropas norteamericanas.
Ese ataque, al que Washington decidió responder con sanciones pero no con acciones militares, fue -destacó Jameneí- “un golpe duro contra EE. UU.” que rompió “su prestigio y su arrogancia”.
Ante estas palabras, la multitud, que ocupó todo el recinto exterior del gran complejo religioso de Mosalá pese al frío y la nieve, coreó los tradicionales lemas de “Muerte a EE. UU.” y “Jameneí, líder”.
En el interior de la mezquita, decorada con fotografías de Soleimaní, siguieron el sermón todos los altos cargos políticos y militares del país, entre ellos, el presidente, Hasan Rohaní, y el comandante en jefe de la Guardia Revolucionaria, Hosein Salamí.
LOS EUROPEOS, “LACAYOS DE EE. UU.”
En cuanto al asunto del rechazo a la rendición, Jameneí también lanzó sus dardos contra Europa, afirmando que el pueblo iraní no se doblegará a las exigencias de países como Francia, el Reino Unido y Alemania.
“Esos gobiernos inferiores esperan poner de rodillas a la nación de Irán cuando Estados Unidos que era el grande de ellos y su patrón fue incapaz de humillar al pueblo iraní”, dijo con sarcasmo.
Francia, el Reino Unido y Alemania recurrieron esta semana al mecanismo de arreglo de diferencias del acuerdo nuclear con Irán debido al incumplimiento iraní del pacto, que se debe a la retirada de EE. UU. del mismo y a su imposición de sanciones.
Jameneí acusó a esos tres países de ser “lacayos y herramientas al servicio de EE. UU.” e insistió en que “sus negociaciones tienen muchas trampas y reflejan su mala voluntad”.
“No podemos confiar en ellos”, aseveró el líder, quien llamó a llegar a cualquier negociación con la comunidad internacional, exceptuando a EE. UU., con una posición fuerte y débil.
Teherán anunció el pasado 5 de enero que dejaba de cumplir en la práctica con las limitaciones impuestas a su programa atómico, incluidos los niveles de enriquecimiento de uranio, al no lograr la otra parte contrarrestar las sanciones estadounidenses.
MINIMIZA LA DISIDENCIA INTERNA
La crisis sobre el acuerdo nuclear y las tensiones con EE. UU. han coincidido con una catástrofe aérea que ha encendido la rabia de parte de la población iraní contra el sistema islámico y su líder y la Guardia Revolucionaria.
En su largo sermón, Jameneí también se refirió a este “incidente doloroso”, como calificó el derribo por error en Teherán del vuelo 752 de Ukraine International Airlines (UIA) con 176 personas a bordo, en su mayoría iraníes o con doble nacionalidad.
Ante las críticas internas y las protestas por este derribo, el líder acusó a algunos dentro del país de “seguir instrucciones de televisiones estadounidenses y británicas para intentar que los iraníes se olviden de ‘los días de Dios’ (los homenajes a Soleimaní)”.
“¿Son los pocos cientos de personas que faltaron el respeto a los carteles del honorable general mártir Soleimaní el pueblo de Irán? ¿O son los decenas de millones que asistieron a su funeral el pueblo iraní?”, preguntó.
El régimen teocrático de Irán no acepta la disidencia interna y para evitar en esta ocasión amplias manifestaciones ha efectuado un gran despliegue de antidisturbios, mientras que hace dos meses reprimió por la fuerza otra ola de descontento popular.