Las primarias que se realizarán este domingo 11 de agosto en Argentina, en medio de un escenario electoral polarizado e incierto, podrían dar una señal de lo que sucederá en los comicios generales de octubre.
El rival principal del presidente, Mauricio Macri es Alberto Fernández, precandidato a presidente y cuya compañera de fórmula es la exmandataria Cristina Fernández de Kirchner, quien aspira a la vicepresidencia.
Las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO) fueron creadas en 2009 para “democratizar” la elección de los candidatos en el seno de cada partido. Para esta contienda todos los bloques ya tienen elegidos a sus postulantes, por lo que su relevancia radicará en mostrar el nivel de apoyo con el que cuentan para los comicios del 27 de octubre.
De acuerdo a un trabajo de la agencia AP, Luis Tonelli, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Buenos Aires, afirma que estas primarias constituyen “un gran ensayo de orquesta donde vamos a ver qué instrumentos quedan, cuáles suenan más fuertes y cuáles están más silenciados. A partir de ahí empieza otro juego”.
*Lea también: 300 migrantes venezolanos recibieron pasaportes y prórrogas en Ecuador
Macri cuenta con el apoyo de los mercados y Estados Unidos, aspira a revalidar su poder, pero se topa con un electorado desencantado que ha sufrido el costo del ajuste económico tras doce años de populismo liderado por el expresidente Néstor Kirchner y su sucesora y viuda Fernández de Kirchner.
Pese a que la imagen positiva de Macri evolucionó favorablemente en los últimos meses al detenerse la depreciación del peso y desacelerarse la inflación, todavía no le alcanza para hacerse del primer lugar en las primarias.
Varias encuestas privadas de intención de voto le dan al kirchnerista una ventaja de entre 2 y 5 puntos porcentuales.
Tonelli no ha visto un proceso electoral “tan reñido y con tanta incertidumbre como el actual. Es una moneda al aire”.
Con su compañero de fórmula, el senador peronista Miguel Ángel Pichetto, Macri busca atraer a los peronistas que no se identifican con el Kirchnerismo. Los analistas entienden que Pichetto no aportaría tantos votos a Macri pero aseguraría a los indecisos una garantía de gobernabilidad por su gran capacidad para negociar con sus colegas y con los gobernadores peronistas de varias provincias
*Lea también: Expresidente de Panamá Martinelli declarado “no culpable” en caso de escuchas
Fernández fue jefe de gabinete de Néstor Kirchner y siguió ocupando el cargo durante el primer gobierno de Fernández de Kirchner (2007-2011) hasta que en 2008 renunció en medio de un enfrentamiento con la entonces mandataria que los distanció, tiempo durante el cual fue uno de sus más acérrimos críticos.
El exministro de Economía Roberto Lavagna está muy atrás en intención de voto (entre un 11,7% y un 8,5%), pero ese nivel de apoyo podría ser clave para inclinar la balanza hacia uno u otro lado en un eventual ballotage que se celebraría en noviembre. En su mayoría los votantes de Lavagna son exvotantes de Macri, indecisos y peronistas críticos con el kirchnerismo.
La victoria de la fórmula peronista conllevaría “presiones sobre el tipo de cambio, el riesgo país y la bolsa...y las presiones se pueden llegar sostener a lo largo el tiempo”, afirmó el economista.
Además de las de Macri, Fernández y Lavagna están inscritas otras seis fórmulas presidenciales en las elecciones del domingo en el que están habilitadas para votar 33,8 millones de personas.
Hasta ahora todos los sondeos de intención de voto para las elecciones generales permiten deducir que esta vez, como en 2015, la elección se definiría en un ballotage.