La oposición socialdemócrata conquistó este domingo la alcaldía de Estambul, poniendo así fin a 25 años de gobierno de partidos islamistas, iniciados por el actual presidente del país, Recep Tayyip Erdogan.
En la repetición electoral, el candidato del Partido Republicano del Pueblo (CHP), Ekrem Imamoglu, se impuso a su rival, el exprimer ministro Binali Yildirim, con un 54 % de las papeletas.
Yildirim, candidato del partido islamista Justicia y Desarrollo (AKP), obtuvo 45,1 %, reconoció su derrota de inmediato y felicitó a su rival.
La jornada electoral del 31 de marzo fue anulada a instancias del AKP por supuestas irregularidades después de que Imamoglu ganara con menos de 14.000 votos de ventaja entre 8,5 millones de papeletas emitidas.
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Ahora, la participación subió ligeramente, hasta los 8,8 millones de personas, un 83,9 % del censo.
Los gestos de Yildirim y Erdogan contrastan con las polémicas de la noche electoral de marzo, en la que ambos candidatos se declararon ganadores, con el AKP pidiendo varios recuentos que retrasaron la publicación oficial de los resultados durante semanas.
El carisma de Ekrem Imamoglu
Supo magnetizar al electorado con un estilo carismático de “amor para todos” no solo en los barrios con mayoría habitual de votantes socialdemócratas.
El partido islamista concurrió en alianza con el ultranacionalista MHP, pero el sector más moderado de la derecha, adherido al partido IYI, cerró filas con el candidato opositor.
Además, Imamoglu recibió el apoyo rotundo del partido izquierdista HDP, que defiende los derechos de la minoría kurda.
La repetición de las elecciones convierte en toda una estrella a Imamoglu, un político de 49 años que en los últimos cinco años fue alcalde de Beylikdüzü, un distrito en la periferia occidental de Estambul, pero que era casi desconocido en el resto de la ciudad.
Ahora, numerosos analistas le auguran un brillante futuro y lo ven ya disputando el sillón presidencial al mismísimo Erdogan en un futuro no tan lejano.
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Una “derrota” para Erdogan
La ciudad del Bósforo, de 15 millones de habitantes, no solo alberga casi el 20 % de la población de Turquía, sino que también concentra el 30 % del producto interior bruto del país.
El manejo de recursos económicos y proyectos urbanísticos de Estambul ha facilitado una buena relación del AKP con numerosos conglomerados empresariales, cree la oposición.
Imamoglu denunció durante la campaña lo que califica como “despilfarro”, al que promete poner fin ahora.
Pero en su primer discurso tras la victoria electoral, Imamoglu se mostró también conciliador hacia sus adversarios políticos y prometió colaborar con Erdogan por el bien del pueblo.
“Hago un llamamiento especialmente al presidente Erdogan: debemos prepararnos para un terremoto, construir el metro, tratar con refugiados… son asuntos en los que hay que trabajar en sintonía. Estoy dispuesto a trabajar en sintonía con usted; lo anuncio ante el pueblo de Estambul”, declaró Imamoglu.