La montaña rusa de eventos climáticos extremos sufridos por Australia socava los esfuerzos de los bomberos para controlar los incendios que se han cobrado la vida de al menos 29 personas y arrasado áreas del país.
Algunas regiones han acogido con alivio las fuertes lluvias, pero las autoridades advirtieron que algunas tormentas complican la situación y el riesgo de incendios podría aumentar en los próximos días.
“En los últimos días hemos vivido una montaña rusa climática”, comparó el meteorólogo Kevin Parkin.
“Hemos ido de los incendios a las tormentas y las inundaciones y una granizada gigante -del tamaño de limas-, que han producido daños generalizados, y el riesgo de más incendios nos llama a la puerta”, dijo el meteorólogo.
El país ha sufrido una colisión de eventos climáticos extremos en la última semana, con fuertes tormentas eléctricas, de arena y de granizo que se abatieron sobre las zonas afectadas en el este por los incendios.
El cambio climático ha empeorado la temporada de incendios, dicen los expertos.
El Estado de Victoria registró intensas lluvias en las últimas 48 horas que ayudaron a contener los incendios en algunas zonas, pero los deslizamientos de tierra, la caída de árboles y los cortes eléctricos han socavado los esfuerzos de recuperación.
Las temperaturas en Victoria se situarán en torno a los 35º a partir del miércoles y estarán acompañadas de fuertes vientos, lo que hace sonar las alarmas en la parte occidental del Estado, donde las autoridades advierten de la dificultad de contener nuevos incendios.
“Los nuevos incendios en comunidades mal preparadas son el mayor riesgo”, dijo a la prensa el responsable del servicio de bomberos local Steve Warrington.
No obstante, se esperan lluvias a finales del miércoles.
Más hacia el norte, en el Estado de Nueva Gales del Sur, algunas zonas han agradecido las lluvias pero en otras, ya arrasadas por el fuego, el terreno ha quedado anegado lo que dificulta las quemas preventivas controladas en previsión de nuevos incendios.
Las autoridades se preparan para un riesgo alto de incendios a partir del jueves, cuando los termómetros superen los 40ºC en algunas regiones del Estado.