Traficantes de personas, policías corruptos, cárceles privadas, aerolíneas y albergues, todos parecen sacar partido económico de la llegada de migrantes a la frontera de Estados Unidos y México, en la que incluso hasta el Gobierno de Donald Trump quiere cobrar una tasa a los solicitantes de asilo.
Una red completa de negocios privados y organizaciones obtienen ganancias millonarias de la crisis migratoria provocada por el gran flujo de migrantes centroamericanos que cruzan a diario la frontera sur del país.
Unos de los grandes beneficiados son sin duda las corporaciones que controlan los centros de detención en los que el Gobierno mantiene a miles de indocumentados mientras avanza su proceso migratorio o su deportación.
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En el primer trimestre del año, Geo Group logró un beneficio de 40 millones de dólares, por los 35 millones del mismo periodo de 2018. Otra gran empresa del sector, Corecivic, cerró el último trimestre del año pasado con unos beneficios de 41 millones de dólares.
“Es un sistema que busca encerrar a los inmigrantes y deportarlos, pero en ese proceso no les dan las condiciones básicas que debe de recibir un ser humano, solo quieren hacer mucho dinero, pero no aseguran que reciban el cuidado médico adecuado y el trato digno”, asegura Daniel Rodríguez, abogado migratorio.
Transporte
Otro de los sectores que también salen beneficiados es el del transporte de las compañías que trasladan a los inmigrantes desde la frontera hasta los centros de detención, así como las aerolíneas a las que contratan para deportar a los inmigrantes.
Desde 2018, el Servicio de Inmigración y Aduanas de los EE. UU (ICE) tiene un acuerdo con la empresa Classic Air Charter (CAC), responsable de organizar la mayor parte de los vuelos de ICE Air a cambio de 646 millones de euros, según datos de la Oficina de Contabilidad del Congreso (GAO).
Las Iglesias
También reciben fondos públicos las iglesias y albergues que alojan temporalmente a los inmigrantes ahora que las autoridades migratorias no dan abasto y deben soltarlos para hacer espacio a los recién llegados.
“Hay una gran necesidad de transparencia en la contabilidad del dinero que reciben las iglesias y los albergues ¿Qué pasa con ese dinero? Me preocupa saber qué están ofreciendo con los fondos y que se explique su uso”, indicó Roberto Reveles, fundador del grupo Somos América en Arizona.
El expresidente de la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU, en inglés) en Arizona indica que “desgraciadamente se está sacando ganancia de la tragedia” tanto por parte del sistema gubernamental, las empresas privadas y los albergues.
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La fundadora y directora ejecutiva de 100 Angel Foundation, organización que brinda ayuda médica en albergues y refugios, coincidió en este aspecto ya que las donaciones se van directamente a las iglesias y por eso se ven muy limitados en la asistencia que ellos brindan a los inmigrantes.
“Hemos atendido a casi 9.000 migrantes, trabajamos con 50 doctores, voluntarios, les damos asistencia médica y dental, nosotros gastamos un promedio de 10 dólares por persona, y a nosotros no nos llegan los fondos, todo se va a las iglesias y de las cuales no recibimos nada”, señaló Cecilia García, fundadora de la organización.
Este planteamiento es confirmado por Elizabeth Torres, quien decidió retirarse después de diez años de voluntariado en albergues e iglesias al ver cómo “se están beneficiando” a costa de la crisis humanitaria que se vive en las fronteras.
“Muchas donaciones las hace la gente en efectivo y de forma anónima, y ese dinero no se reporta. Además, no solo reciben dinero, la gente dona comida y ropa, y todos los que ayudan son voluntarios, entonces a dónde se van las donaciones que en ocasiones son montos muy altos”, se preguntó Torres.
Cobros estatales
El Gobierno de Trump ha ordenado recientemente impulsar nuevas normas para cobrar a los inmigrantes que quieran presentar peticiones de asilo en los Estados Unidos y también para solicitar los permisos temporales de trabajo para el periodo durante el cual se resuelve el asilo.
“En pocas palabras, esta administración está forzando a las personas a pelear algo extremadamente difícil, (pues) rara vez obtendrán el asilo por la entrevista del miedo creíble, y solo perderán su dinero”, indicó Rodríguez.
Bajo este escenario, otros que no pierden la ocasión de embolsarse un buen dinero son las empresas que ofrecen pagar las fianzas de los inmigrantes a cambio de usar un grillete electrónico que puede tener un costo mensual cercano a los 400 dólares.
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Por todo esto, Torres cuestiona que el ICE no dé la información en español a los inmigrantes sobre sus derechos y las instrucciones a seguir después de salir de los centros de detención.
“Y así tengan una idea de lo que pueden hacer por sí solos y estén conscientes de todo lo que tienen que pagar, como las fianzas, el grillete, los viajes. Lo peor es que casi no tienen posibilidad de ganar sus casos, únicamente están haciendo su Navidad con ellos”, aseguró Torres.
Pero sus problemas comienzan antes de su llegada a EE.UU., pues a menudo deben pagar al que llaman “guía” una cantidad que no baja de los 5.000 dólares y se enfrentan además a policías corruptos durante su recorrido.
Eduardo, un inmigrante de El Salvador que llegó a un albergue de Arizona, explicó que en México hay policías que detienen los vehículos en los que viajan y “esculcan todo” para robar y “Nos dejan sin nada”.
Con información EFE
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