Política y religión han estado unidas desde el principio, como caras de una misma moneda, desde las civilizaciones primitivas hasta en algunos regímenes totalitarios más contemporáneos. Todavía hoy no es fácil de distinguir cuándo la política usa la religión o cuándo la religión usa la política.
Por ejemplo, el actual presidente de Estados Unidos, se hace acompañar muy de cerca por su guía espiritual Paula White, y ha llegado a mencionar, alegando después que era broma: “Yo soy el elegido”.
Ahora, ¿es posible legitimar el poder a través de la religión? ¿Puede la religión mover a los votantes?
César Miguel Rondón analiza el tema junto a la especialista en Marketing politico Carmen Beatriz Fernández @carmebeat, Emiliana Molina, periodista de NTN24 en Washington y Antonia Laborde autora del artículo publicado en el País de Madrid: “Una iluminada telepredicadora en la casa Blanca”