La economía de EE.UU. registró un crecimiento del 2,3 % el pasado año, por debajo del 2,9 % de 2018, según las cifras de evolución del Producto Interior Bruto (PIB) anunciadas este jueves por el Gobierno.
Los datos divulgados por el Departamento de Comercio, en la primera de sus tres estimaciones, indican que la actividad económica estadounidense creció a un ritmo anual del 2,1 % en el último trimestre del año.
De este modo, se confirma la desaceleración del crecimiento en EE.UU., la primera economía mundial, que comenzó el año con una tasa anual de expansión por encima del 3 %.
El gasto de los consumidores, que supone dos tercios de la actividad económica, registró en el cuarto trimestre del año un alza del 1,8 %, un notable descenso respecto al 4,6 % previo.
El descenso del déficit comercial, con un aumento de las exportaciones del 1,4 % y una caída de las importaciones del 8,4 % en el último trimestre del año, contribuyó también a la expansión.
El presidente estadounidense, Donald Trump, había prometido un crecimiento sostenido por encima del 3 % al llegar a la Casa Blanca en 2017, algo que por el momento no ha logrado.
El mercado laboral, por su lado, continúa mostrando buena salud, y cerró el pasado mes con una tasa de desempleo del 3,5 %, en niveles mínimos de los últimos cincuenta años.
Este miércoles, la Reserva Federal (Fed) de EE.UU. decidió mantener sin cambios los tipos de interés en el rango de entre el 1,75 % y el 1,5 %, y mostró un cauto optimismo ante las perspectivas económicas.
“El comité considera que la actual posición de política monetaria es apropiada para respaldar la expansión sostenida de la actividad económica, las fuertes condiciones en el mercado laboral y que la inflación regrese al objetivo simétrico del 2 %”, señaló el Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC, en inglés) de la Fed.