Autoridades en España informaron este domingo que un total de 1.700 personas fueron evacuadas en dos puntos de la región sureste de la nación ibérica, que sufre desde el pasado jueves graves inundaciones por lluvias extremas debido a un episodio de gota fría que ha causado también seis muertos.
Unas 1.500 personas fueron rescatadas de un cámping de la localidad de Crevillente debido a una crecida de las aguas en la zona, mientras que otras 200 fueron evacuadas de la aldea de Heredades (ambos puntos en la provincia de Alicante) debido a un nuevo desbordamiento parcial del río Segura, el más importante de la región.
Hasta el momento, unos 1.400 militares se encuentran trabajando en las tareas de rescate y obras públicas. Esta cifra también la componen las unidades de las fuerzas especiales, después del traslado en las últimas 24 horas de otros 200 soldados a la zona más afectada, subrayó EFE.
La ministra de Defensa en funciones, Margarita Robles, visitó este domingo las zonas más castigadas y se mostró “absolutamente sobrecogida y afectada” por el alcance de la destrucción, y comprometió el apoyo “hasta el final” de las Fuerzas Armadas.
Un total de 14 provincias se mantienen en alerta por lluvias e inundaciones; la intensidad de las precipitaciones está bajando y una buena parte del trabajo de servicios de emergencia, policías y soldados se dedica a desescombro y limpieza.
Mientras tanto, la situación de las comunicaciones continúa mejorando y tras la reapertura este sábado de los aeropuertos de Murcia y Valencia, se prosiguió la recuperación parcial de las carreteras y de las vías férreas, aunque muchas carreteras siguen cerradas en tramos concretos (25 solamente en la región de Valencia).
En las zonas más afectadas, como en la comarca de la Vega Baja (Alicante), los vecinos están comenzado a batallar contra el agua y el barro que ha dañado o destruido sus viviendas y propiedades, pero también a tomar conciencia de la magnitud de la catástrofe.
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“Estamos comprobando cuál ha sido realmente el desastre. Ahore es cuando vienen los días de los sustos”, reconoció a Efe Javier Moya, un vecino de Orihuela, ciudad en la que cayeron 450 litros de lluvia por metro cuadrado en tres días y que estuvo totalmente anegada por el desbordamiento del río Segura.
Mientras Moya ayuda a sacar barro de la oficina de una familiar, explica que a la clínica veterinaria de su esposa no se puede entrar porque sigue inundada.
Otra vecina de Orihuela, Carolina Sigüenza, narra cómo pudo volver a su casa, después de tres días aislada en la vivienda de unos familiares, de donde “solo se podía salir a nado”.