El director del Centro de Estudios Políticos y de Gobierno de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), Benigno Alarcón, recalcó que los procesos de negociación no deben “satanizarse” porque ese mecanismo ayudó a resolver el conflicto que hubo en esos países para que al final se permitiera una transición en esos países.
Sin embargo, detalló que en el caso de Venezuela, la administración de Nicolás Maduro “no ha mostrado buena fe en los procesos anteriores” y que en la actualidad no permiten que se vislumbre con un desenlace optimista la reunión que se lleva a cabo en Barbados, porque a su juicio aunque hayan rumores de lo que pasa dentro y alguna información sobre eventuales comicios, que es el tema central, “pareciera que al final del día el gobierno quiere manejar múltiples temas en el proceso, que ya de por sí no es bueno”.
Alarcón, entrevistado por César Miguel Rondón en su programa En Conexión el 9 de julio, detalló que cuando se dieron las conversaciones en República Dominicana, la representación de Maduro buscó manejar varios asuntos a la vez como las sanciones o el tema de la Asamblea Nacional Constituyente, con lo que buscaba diluir la importancia del tema principal, que son las “elecciones libres y democráticas”.
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Destacó que el problema no es un proceso de negociación “sino la intención con la que se usa”, ya que el Ejecutivo aprovecha este tipo de espacios para buscar desprestigiar a la oposición y a la larga se cuestione el hecho de que una delegación contraria a la adminsitración gobernante se siente a negociar.
Además, aseguró que los que están en el poder están jugando a que la oposición se desgaste y cuando no existan resultados positivos en un escenario como el de Barbados y el tiempo pasa, viene el cuestionamiento de si realmente existen estrategias y si pueden definitivamente alcanzar el objetivo del “cese de la usurpación”.
Por otro lado, considera que la oposición liderada por el presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, va a Barbados “porque tiene la esperanza de lograr mediante sanciones y presiones que el gobierno cambie de posición y acepte como salida una solución negociada”.
Resaltó que las alternativas de los que adversan a Maduro “no son demasiadas” porque al final se desprenden en dos grandes aristas: Una salida pacífica y negociada, versus una salida por la fuerza. Por supuesto, ambas pueden tener miles de ramificaciones y consecuencias.
Ante la realidad de que la oposición no tiene armas y que el uso de la fuerza depende de otras personas y no de lo que ellos desean o quieren, la negociación es la única herramienta propia que les queda, contando con que entre presiones internas y externas se logre poner al gobierno en tal punto que decida sentarse y salir de forma negociada.
Alarcón es de la opinión que aquellos que se encuentran en el poder tienen pocos incentivos para salir de ahí e incluso, han convertido esos mandos como en una especie de “guarimba y protección” contra cualquier que pudiera suceder si ellos no estuvieran allí. Por eso, con unas condiciones así se hace difícil que el resultado de una negociación con la élite tenga resultados positivos, y en ese sentido debería incluirse en el proceso a quienes los sostienen.
“Son instituciones que están aliadas al gobierno como el Tribunal Supremo de Justicia, el CNE, entre otros y también la institución militar. Es el centro de atención porque en la medida que el gobierno pierde piso político, se hace dependiente del uso de la fuerza y represión por mantenerse”.
Detalló que si existe un cambio de postura en la élite o en la Fuerza Armada Nacional, significaría que desde el seno del Ejecutivo deberá revaluar su situación y enfilarse más hacia una salida negociada porque no tiene a su favor el principal elemento que permite su permanencia en el poder, que por lo general son quienes manejan las armas y tienen poder de fuego.
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Actualmente, según Alarcón, la FAN no es un bloque sólido a lo interno porque el entonces presidente, Hugo Chávez, se encargó de desarticular a la institución tras los sucesos del 11 de abril de 2002 porque “ya no confiaba en ellos” y hoy en día, la estructura es menos piramidal y está menos cohesionada de lo que era antes.
Sin embargo, existen situaciones como en las que se les pide actuar en situaciones extremas y adoptan más bien una postura “corporativa”, por lo que se hace “muy difícil” que al haber un caso como este haya una división en el organismo castrense y se enfrenten entre sí. “No es un tema de partidos políticos (…) sino básicamente una confrontación de la FAN significa la muerte para uno de los bandos”.
Para finalizar, dijo que aunque estén divididos, las negociaciones a lo interno de la institución militar y de acuerdo a la postura de la mayoría, es que se toma una postura determinada.