Para Ana María Da Costa, hermana del preso político Vasco Da Costa, la vida de la familia cambió desde 2004 cuando el activista venezolano fue detenido por primera vez señalado de estar supuestamente involucrado en la operación Daktari (supuesto plan para derrocar a Hugo Chávez).
“Mi casa ha sido allanada cuatro veces, destruyen todo, le pegan a todo el que encuentran, se roban lo que pueda, y lo que no lo destruyen (…) Eres víctima de una agresión brutal a la que no estaba acostumbrada”.
Da Costa fue detenido en otras dos ocasiones: en 2017 por las protestas en contra de la administración de Maduro y en 2018 por el presunto “ataque al centinela”.
En entrevista a César Miguel Rondón en el programa En Conexión, precisa que de todos los expedientes que han abierto en contra de su hermano en 20 años, Vasco Da Costa no ha acudido a un juicio en el cual puedan demostrar las acusaciones que pesan sobre su persona.
“El problema es que él no está de acuerdo con lo que ocurre en el país, expresa su opinión y cómo resolver los problemas del país, eso parece que irrita, lo persiguen y lo meten en procesos que no ha cometido”
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Relató que el 16 de abril de 2018 fue capturado, junto a otras nueve personas, y señalado por funcionarios chavistas de pertenecer a una “célula terrorista”.
Sin embargo, en el expediente están acusados de traición a la patria, instigación, ultraje al decoro militar, sustracción y porte ilícito de armas, “pero como era absurdo todo solo dejaron instigación y ultraje al decoro”.
Da Costa explica que legalmente cabe el delito de instigación si hay rebelión, y el de ultraje al decoro cuando se es militar, y “Vasco no lo es”.
Torturado en la Dgcim
Ana María Da Costa afirma que durante su reclusión tanto en la sede de la Dirección General de Contrainteligencia Militar- Dgcim– fue torturado como en la cárcel de Santa Ana en el estado fronterizo de Táchira, a donde fue trasladado posteriormente.
Esto provocó la aparición de un tumor en el ojo izquierdo que, poco a poco, empeoró por la falta de traslado a u centro hospitalario y la atención médica requerida y oportuna.
Fue el 10 de julio cuando lo operaron y tras una biopsia se determinó que se le extrajo un carcinoma, pero era tan grande que los médicos tenían miedo de que hubiese penetrado el globo ocular, estuvimos tres semanas luchando para que lo trasladaran.
Afortunadamente, el equipo médico descartó que exista algún rastro de carcinoma o cáncer.