La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) dio a conocer que la economía mundial solo alcanzó un crecimiento de el 2,9 % para el 2019 y que continuará a ese mismo nivel en 2020. La entidad indicó que para el 2021 la economía alcanzará el 3 %.
Según la OCDE la principal causa de este reducido crecimiento es la incertidumbre mundial sobre la crisis económica mundial.
Para la organización el deterioro de las bajas expectativas continúa y seguirá así si no hay una reacción a los cambios que están detrás, que no son cíclicos sino estructurales.
Para la economista jefe del organismo, Laurence Boone, hay cuatro factores fundamentales que han afectado la economía mundial: el cambio climático, la digitalización, las barreras comerciales y la inestabilidad geopolítica. La experta dice que si estas causas no se encaran continuarán amputando las perspectivas económicas.
Las previsiones de crecimiento de la OCDE para unos y otros países varían, en gran medida, en función de la importancia que para cada uno de ellos tiene el comercio, sacudido por las restricciones.
Según economistas expertos el descontento social y la falta de reformas son factores que ralentizan la economía latinoamericana.
En el caso específico de Colombia, según la OCDE, la economía colombiana mantendrá un sólido crecimiento en 2019 y 2020.
En su informe semestral, la organización indicó que la inversión, las reformas fiscales, y los proyectos de infraestructura han sido determinantes para que Colombia haya crecido por encima de la media mundial.
La Organización rebajó en 1,2 puntos sus perspectivas de crecimiento para la economía chilena en 2019, hasta el 2,2 %, debido a las protestas sociales y a la inestabilidad de la región. Además, redujo para Chile su previsión para 2020 hasta el 2,4 %, nueve décimas menos que en su análisis de mayo, y auguró una subida del 3,5 % en 2021.
En el caso de Argentina, la economía profundizará su recesión este año y solo comenzará a crecer en 2021, según la OCDE, que alertó de los riesgos de agravar la situación si se revierten ciertas reformas estructurales destinadas a mejorar la productividad.
Para la entidad, aunque la perspectiva económica de México es baja y lo seguirá siendo en 2020, se espera un incremento gradual a partir del año que viene, impulsado principalmente por el consumo.
Las perspectivas para Estados Unidos han sido ligeramente rebajadas en una décima en 2019, al 2,3 %, y siguen sin cambios para 2020 (2 %) y 2021 (2 %), de forma que conserva la mejor dinámica entre los grandes miembros de la organización.
Notablemente más raquíticas son las cifras para la zona euro, aunque se han revisado ligeramente al alza respecto a septiembre para 2019 (una décima más al 1,2 %) y 2020 (una décima al 1,1 %). La de 2021 no se mueve de un pobre 1,2 %. Peores todavía son las de Japón, con un 1 % este año, un 0,6 % el próximo y un 0,7 % el siguiente.
En cuanto a China, se confirma la tendencia de su ralentización (6,2 % en 2019, 5,7 % en 2020, 5,5 % en 2021) en un contexto de cambio estructural de modelo en el que las manufacturas y la exportación ceden el paso a más consumo interno y más servicios.
La OCDE avisa de que el crecimiento todavía podría ser más bajo del que calcula ahora si se materializan algunos de los riesgos que planean sobre su escenario, empezando por una mayor escalada en las tensiones comerciales, la persistencia de la incertidumbre sobre el “brexit” o el fracaso de los estímulos activados por Pekín para impedir una fuerte ralentización en China.
También pesarán la vulnerabilidad del sistema financiero ante la situación macroeconómica, la elevada deuda corporativa o una subida duradera del precio del petróleo por crisis geopolíticas.
América Digital/EFE