Cientos de colombianos protestaron este lunes contra un proyecto de reforma tributaria que está en curso en el Congreso, y que desencadenó en parte las movilizaciones masivas contra el gobierno de Iván Duque.
Convocados por el Comité Nacional del Paro, que reúne a los sectores inconformes, los manifestantes, algunos con cacerola en mano, cuestionaron la llamada “Ley de crecimiento económico”, porque, aseguran, alivia a las empresas más ricas y castiga a la clase media.
“Están haciendo unas exenciones que únicamente van a beneficiar a los más ricos, perjudicando gravemente a la gente menos favorecida”, dijo a AFP Liliana Montero, una psicóloga de 55 años que protestaba en la céntrica Plaza de Bolívar, aledaña al parlamento colombiano.
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Aunque el Comité Nacional del Paro había llamado el viernes a una gran concentración, en la plaza se reunieron unos pocos miles, la mayoría sindicalistas y miembros de los partidos de oposición.
La reforma tributaria “es generadora de la discriminación grande que hay en Colombia entre las personas que más tienen y los menos favorecidos”, afirmó Luis Ríos, de 63 años, quien ondeaba una bandera del sindicato Confederación General del Trabajo (CGT).
Está previsto que el proyecto legislativo se debata en sesiones extras en el Congreso, donde el presidente no cuenta con mayorías fiables para aprobar una iniciativa que considera clave para aumentar el crecimiento de la cuarta economía latinoamericana.
El gobierno espera un desempeño del 3,6% del PIB para este año, por encima de lo previsto para el resto de las economías en la región.
Las protestas que aumentaron la tensión contra Duque, quien tiene la popularidad en rojo tras 16 meses en el poder, iniciaron el 21 de noviembre y han incluido tres paros nacionales.
Las movilizaciones menguaron desde un concierto multitudinario el 8 de diciembre en medio de la temporada navideña y el fin de clases de colegios y universidades.
Estudiantes y jóvenes han sido los principales participantes de las marchas contra el presidente, cuya gestión es rechazada por siete de cada diez colombianos, según una encuesta de Gallup.
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Si bien han sido pacíficas en su mayoría, las manifestaciones han derivado en algunos choques que han dejado cuatro muertos y medio millar de heridos entre civiles y uniformados de la fuerza pública.
Los manifestantes reclaman desde el cumplimiento cabal del acuerdo de paz con la exguerrilla FARC hasta más recursos para la educación pública.
Los colombianos también rechazan las muertes de cientos de líderes sociales e indígenas en regiones donde operan rebeldes del ELN, bandas narcos de origen paramilitar o disidentes de las FARC.