En medio de las tensiones que vienen teniendo India y Pakistan por la región de Cachemira, un grupo de científicos advirtió que una guerra nuclear entre ambos países traería consecuencias devastadoras no solo para el continente asiático sino para todo el planeta.
El estudio fue liderado por la Universidad de Colorado-Boulder y la Universidad de Rutgers quienes evaluaron cómo un hipotético conflicto entre estas dos naciones afectaría a todo el mundo. En la actualidad India y Pakistán tienen cada uno alrededor de 150 ojivas nucleares a su disposición y se espera que ese número aumente a más de 200 para el año 2025.
De acuerdo con los investigadores, este lamentable escenario haría que 50 a 125 millones de personas mueran por cuenta de este conflicto, superando el número de muertos durante los seis años de la Segunda Guerra Mundial.
Las consecuencias también se trasladarían al medio ambiente ya que se cambiaría el clima del planeta por algunos años sumergiéndolo en un fuerte periodo de frío, probablemente con unas temperaturas no vistas desde la última edad de Hielo.
“Una guerra entre India y Pakistán podría duplicar la tasa de mortalidad normal en el mundo. Esta es una guerra que no tendría precedentes en la experiencia humana”, manifestó Brian Toon, profesor del Laboratorio de Física Atmosférica y Espacial (LASP) y líder del estudio.
En ese sentido, los investigadores querían entender qué tan grave podría se un conflicto de este tipo en un escenario para el año 2025, por lo que utilizaron una amplia gama de pruebas desde las simulaciones por computadora de la atmósfera terrestre, así como los relatos de los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki en Japón en 1945.
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Las consecuencias
El análisis de los científicos reveló que la devastación de este posible conflicto se tendría en varias etapas. Por ejemplo, en la primera semana de confrontación se estima que la India y Pakistán podrían detonar alrededor de 250 ojivas nucleares sobre las ciudades.
“No hay forma de saber qué tan poderosas serían estas armas, ni ninguna nación ha realizado pruebas nucleares en décadas, pero se estima que cada una podría matar hasta 700.000 personas”, reseña la investigación.
Sin embargo, la mayoría de esas personas no morirían por las explosiones sino por los incendios fuera de control que se generarían en los territorios.
“Si miras a Hiroshima después de que cayó la bomba, puedes ver un enorme campo de escombros de aproximadamente una milla de ancho. No fue el resultado de la bomba sino el resultado del incendio”, indicó Toon.
No obstante, las explosiones también podrían emitir hasta 36 millones de toneladas de humo negro y espeso a la atmósfera, lo cual impediría que la luz del Sol llegue al suelo haciendo que la temperatura en todo el planeta disminuya entre unos 3.5 y 9 grados Fahrenheit durante varios años. Además, este escenario afectaría la producción mundial de alimentos y disminuiría la precipitación entre un 15 % y 30 %.
Frente a este escenario, la coautora del estudio y profesora asociada de ciencias atmosféricas y oceánicas y miembro del Instituto de Investigación Ártica y Alpina (INSTAAR), Nicole Lovenduski, consideró que las emisiones generadas por las explosiones afectarán la productividad de las plantas y de las algas en el océano, afectando la cadena alimentaría del planeta, principalmente a los humanos.
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Un conflicto latente
El grupo de científicos analizó este escenario de conflicto cuando las tensiones entre India y Pakistan nuevamente han aumentado, ya que el primer país hizo recientemente un cambio de su constitución que despojó los derechos de las personas que viven en la región de Cachemira para luego enviar tropas a esta zona, movimientos que fueron criticados duramente por Pakistán.
El líder del estudio ha estado, desde muy joven, analizando los efectos que dejan este tipo de conflictos nucleares en algo denominado como un “invierno nuclear”, el cual es un período de frío extremo que probablemente seguiría a un aluvión nuclear a gran escala entre Estados Unidos y Rusia.
El científico atmosférico también ha considerado que a pesar del colapso de la Unión Soviética, se cree que estas armas siguen siendo una gran amenaza para el planeta y uno de esos escenarios es el que se está dando por las actuales hostilidades entre India y Pakistán.
“Están construyendo rápidamente sus arsenales. Tienen grandes poblaciones, por lo que muchas personas están amenazadas por estas armas, y luego está el conflicto no resuelto sobre Cachemira”, explicó Toon.
De acuerdo con el investigador, el alcance de esta guerra puede ser muy difícil para las personas, por lo que espera que este tipo de estudios muestre que el riesgo de una guerra nuclear global no se ha eliminado por completo tras el final de la Guerra Fría.
“Con suerte, Pakistán e India tomarán nota de esta investigación. Pero sobre todo, me preocupa que los estadounidenses no estén informados sobre las consecuencias de la guerra nuclear”, concluyó el líder del estudio.
Por su parte, Alan Robock del departamento de Ciencias Ambientales de la Universidad de Rutgers, consideró que es necesario entender este tipo de temas y sus consecuencias ya que las armas nucleares no se usan en ningún escenario racional y los accidentes, el pánico o los líderes mundiales trastornados podrían hacer que el mundo entre en un escenario devastador.
“Nueve países tienen armas nucleares, pero Pakistán e India son los únicos que aumentan rápidamente sus arsenales y debido a los continuos disturbios entre estos dos países con armas nucleares, particularmente sobre Cachemira, es importante comprender las consecuencias de una guerra nuclear”, manifestó Robock.