El gobierno chino reportó el sábado 143 muertes por COVID-19 y un descenso marcado en el número de casos nuevos, mientras presentaba medidas adicionales para prevenir el contagio, que coincidieron con la reapertura de muchos negocios tras los intensos controles que paralizaron gran parte de la economía del país.
Por otra parte, en Francia, el Ministerio de Salud confirmó la primera muerte en Europa de un enfermo por el nuevo coronavirus: un turista chino de la provincia de Hubei, donde se originó la enfermedad en diciembre.
En tanto, Estados Unidos se aprestaba a repatriar a los pasajeros estadounidenses a bordo de un crucero en cuarentena en Japón.
En Múnich, el jefe de la Organización Mundial de la Salud instó a los gobiernos a intensificar sus esfuerzos para prepararse para el virus, diciendo que “es imposible predecir qué dirección tomará esta epidemia”.
El director general de la agencia de salud de la ONU, Tedros Adhanom Ghebreyesus, dijo el sábado durante una reunión de altos funcionarios internacionales de política exterior y de seguridad que la OMS está satisfecha de que aún no haya habido una transmisión generalizada fuera de China y de que “los pasos que China ha tomado para contener el brote en su origen parecen haber ganado tiempo para todo el mundo, pero no sabemos cuánto tiempo”.
Sin embargo, dijo que la agencia está “preocupada por el aumento continuo en el número de casos en China” y por los informes sobre el número de trabajadores de la salud que han sido infectados o que han fallecido.
“Estamos preocupados por la falta de urgencia para financiar la respuesta de la comunidad internacional”, dijo Tedros durante la Conferencia de Seguridad de Múnich.
El número de nuevas infecciones en China fue de 2.641 en 24 horas, desde el mediodía del viernes, elevando el total de casos a 66.492. La cifra total de fallecidos en el territorio continental ascendió a 1.523 personas.
Los reportes sobre nuevos casos bajaron desde los 5.090 de las 24 horas previas luego de que las autoridades cambiaron las bases para el conteo de pacientes. Expertos médicos apuntaron que esto dificultará la valoración de la efectividad de los controles contra el contagio que han cortado los accesos a algunas grandes ciudades y cerrado fábricas y oficinas.
El número de nuevos casos ha fluctuado en las dos últimas semanas. Esto alimentó el optimismo acerca de que el brote del virus, que se detectó en diciembre, podría estar bajo control y advertencias de que esas esperanzas eran prematuras.
El gobierno de China anunció medidas destinadas a evitar la transmisión del virus mientras millones de trabajadores toman aviones, trenes y buses para regresar a las grandes ciudades tras la ampliación del feriado por el Año Nuevo Lunar.
Las vacaciones se prologaron para evitar que los trabajadores acudiesen a sus puestos en fábricas y oficinas, pero las autoridades ordenaron su reapertura ante el aumento de las pérdidas económicas.
La mayoría de los accesos a Wuhan, la ciudad del centro de país que está en el epicentro del brote, se cortaron el 23 de enero y los controles se aplicaron después a ciudad con una población total de 60 millones de personas. Restaurantes, cines y otros negocios cerraron en todo el país para evitar aglomeraciones.
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Según las nuevas medidas, quienes regresen a Beijing tendrán que aislarse en sus casas durante 14 días, según la noticia publicada por medios estatales el viernes en la noche. Quienes incumplan el mandato enfrentarán consecuencias legales, pero no se aclaró cuáles.
Un funcionario de salud hizo un llamado a los viajeros para que se revisen y denuncien a otros que padezcan síntomas.
También el sábado, Francia anunció la primera muerte por el coronavirus en Europa. El paciente, un turista chino de 80 años de la provincia de Hubei, padecía COVID-19, la enfermedad provocada por el virus. Llegó a Francia el 16 de enero y fue hospitalizado el 25 bajo estrictas medidas de aislamiento.
Por su parte, la embajada de Estados Unidos en Japón dijo que Washington repatriará a los 380 estadounidenses que cumplen cuarentena en el crucero Diamond Princess atracado en Yokohama, una ciudad portuaria al suroeste de Tokio. Por el momento, 285 pasajeros del crucero dieron positivo luego de la confirmación de 67 nuevos casos el sábado.
Los repatriados serán trasladados a la Base Travis de la Fuerza Aérea en California y algunos irán hasta la de Lackland, en Texas, explicó la embajada. A su llegada a suelo estadounidense, todos tendrán que pasar otras dos semanas más en cuarentena, agregó.
La enfermedad COVID-19, derivada de esta nueva forma de coronavirus, se ha extendido a 24 países. Egipto reportó el viernes su primer caso, el primera en el continente africano.
El sábado es el segundo día en que el número de casos nuevos descendió desde un incremento el jueves, cuando la provincia de Hubei, la más afectada, comenzó a incluir los diagnósticos clínicos en su conteo oficial. Utilizando esta clasificación más amplia, esa provincia del centro de China reportó 15.152 casos, incluyendo 13.332 que fueron diagnosticados utilizando evaluaciones médicas e imágenes pulmonares, a diferencia del estándar previo de pruebas de laboratorio.
El nuevo método se adoptó para facilitar un tratamiento más rápido a las personas sospechosas de estar infectadas, indicaron las autoridades de salud de Hubei.
Surgió una confusión en torno a una discrepancia de más de 1.000 casos entre el reporte del jueves y el del viernes. Mi Feng, portavoz de la Comisión Nacional de Salud, dijo el viernes que el “descenso” en las cifras se debe a un ajuste efectuado en el conteo de Hubei tras hallarse que algunos casos habían sido registrados dos veces.