Un grupo de biólogos que estaba siguiendo el rastro de unas aves carroñeras, se topó con el cadáver de una ballena jorobada en medio de la selva amazónica, en la Isla de Marajo, Brasil.
Los investigadores de la ONG Bicho D’Água dieron cuenta del animal de ocho metros de largo y cuatro de ancho, que se encontraba a unos 15 metros del mar, entre la zona boscosa de uno de los grandes pulmones del mundo.
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Pese a que los científicos aseguran que no tiene heridas superficiales, siguen investigando la causa que pudo provocar la muerte del cetáceo de diez toneladas de peso, el cual se encontraba a más de 80 kilómetros de su hábitat natural.
La teoría que manejan los expertos de cómo pudo haber llegado el animal hasta ese lugar, es que la cría de un año pudo haber perdido el rastro de su madre y por lo tanto se dirigió a la costa, y la habitual crecida de agua en estas zonas pudo haber causado que la ballena terminara dentro del Amazonas.
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Otra teoría que se maneja al respecto es que la ballena pudo haber muerto en el mar por ingerir plástico, y que la crecida de las aguas hayan desplazado el cadáver hasta el interior de la selva.
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El lugar en el que quedó atrapado es de difícil acceso, “es muy complicado llegar hasta ahí y no hay forma de enviar una máquina, porque no pasaría por el camino. No hay forma de moverla”, dijo Dirlene Silva, secretaria de Medio Ambiente del municipio, al medio O Globo de Brasil.
Por lo general, estos animales son vistos cerca a las playas en julio y agosto, meses en los que es factible que el agua salada pueda colarse en los ríos.
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“Fue impresionante ver este insecto que parece un ‘bulldog volador’”, dijo uno de los fotógrafos. https://t.co/Jbk32LUNr5
— América Digital (@AmericaDigital) 23 de febrero de 2019