¿Quién no sueña con recorrer todos los países del mundo y además, ahorrar algunos costos? Torbjørn Pedersen, mejor conocido como ‘Thor’, es un hombre de origen danés que tuvo la oportunidad de hacerlo, y lo mejor de todo, sin usar ni un solo avión.
Luego de enterarse de que nunca antes alguna persona había logrado esta hazaña, ‘Thor’ decidió emprender en esta aventura. Un día como cualquier otro del año 2013 salió de su casa en sin la intención de volver hasta completar su recorrido.
En sus viajes solo usó transportes públicos como trenes, autobuses y transbordadores, y eventualmente pensó también en subirse a barcos de pesca para cruzar mares, según contó él mismo al medio Daily Mail.
Viaje por el mundo
Para hacer este sueño realidad, el danés solo contaba con las ganancias de su compañía de energía y sus ahorros como trabajador de envíos y logística, pero estos no alcanzaban.
Así que se le ocurrió pedir donaciones en Internet para completar el dinero que necesitaba. Además, con su decisión dejaba atrás a la mujer con quien mantenía una relación que no era nada formal, pero que hoy es su actual esposa.
Su inspiración fue una frase del científico Piet Hein: “Uno debe viajar para comprender que el mundo es redondo”, lo que lo empujó a iniciar su recorrido que tenía previsto completar en unos cuatro años.
Sin embargo, algunas dificultades alargaron esa meta a diez años. Problemas de visado en algunos países y una permanencia de dos años en Hong Kong por la pandemia del COVID-19 fueron algunas de ellas.
Sus opciones eran claras y por eso siempre tuvo como objetivo viajar por tierra o mar pero nunca por aire, aunque admite que a veces llegó a voltear hacia algunos aeropuertos.
Su travesía por el mundo terminó en este 2023 y compartió su experiencia en su blog ‘Once upon a Saga’.
Una experiencia que también tuvo sus cosas negativas
Aunque ‘Thor’ describe su experiencia como algo único en su vida, también admitió que hay cosas de las que lamenta, como el hecho de haber pasado tanto tiempo alejado de su familia. Además, el hombre de 44 años teme que para su ahora esposa y para él ya sea tarde para tener hijos.
“Cada vez que (Le) venía a visitarme, se hacía más difícil, dejarla en el aeropuerto me arrancaba el corazón. Odié volver a un hotel donde nos quedamos y ser el único en la habitación o caminar por una calle donde antes caminamos. Fue muy duro. Puede que sea tarde para formar una familia. Estamos empujando al límite de la biología”, concluyó.
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