En Bolivia se encuentra el Salar De Uyuni, el mayor desierto de sal continuo y además, el que se encuentra a más altura en el mundo.
Este bello desierto se encuentra dentro de la región altiplánica de la cordillera de los Andes y en la actualidad, es la mayor reserva de litio en el mundo.
Pero además de todos estos atributos, sin lugar a dudas, su mayor atributo es la reflexión que ocasiona. El Salar, en algunas partes del desierto, se convierte en un espejo gigante que refleja todo lo que esté sobre él, incluido el cielo.
Por eso, las personas que se han tomado videos o fotografías allí, logran un aspecto digno de efectos especiales, pues parece que estuvieran caminando en el cielo.
Tanta es su reflectividad, que las personas que han visitado estas tierras, aseguran que aveces es difícil distinguir el piso con el cielo.
¿Por qué ocurre este bello fenómeno?
El Salar de Uyuni está forrado por una capa blanca, no resbaladiza, formada por toneladas de sal cuarteada, que se asemejan a una alfombra que cubre todo el valle.
Cuando llegan las lluvias, una fina capa de agua mezclada con sal inunda el desierto, convirtiéndolo en un espejo gigante, haciendo ‘flotar’ a las personas que lo cruzan en un “espejismo perpetuo”, según los pobladores.
Sin duda uno de los atractivos más increíbles de América…
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— América Digital (@AmericaDigital) August 29, 2018