La Agencia Espacial Europea (ESA) ha venido siguiendo de cerca los efectos e impactos de los incendios que durante varias semanas han consumido a la Amazonía, principalmente en Brasil, los cuales no solo se han convertido en una tragedia ambiental por la pérdida de bosques y biodiversidad sino también por el aumento de la contaminación.
De acuerdo con la ESA, estos incendios han venido dejando su huella en la atmósfera afectando la calidad del aire y, potencialmente, el clima global, ya que los satélites han podido evidenciar el aumento de emisiones de gases contaminantes generado por estas conflagraciones.
“A la luz de la crisis climática, la pérdida de franjas de bosque es una grave preocupación. Todos en la Tierra se benefician de la salud de las selvas tropicales como el Amazonas. Los árboles actúan como sumideros de carbono, absorbiendo y almacenando dióxido de carbono atmosférico, uno de los principales gases de efecto invernadero, y, por lo tanto, ayudan a enfriar el planeta”, explicó la ESA.
Liberación de dioxido de carbono
La agencia espacial indicó que tras ser consumidos por los incendios, los bosques están liberando gran parte del dióxido de carbono que alguna vez almacenaron en su biomasa de vuelta a la atmósfera, así como una gran cantidad de emisiones contaminantes que están ingresando a las cadenas del aire.
La misión Copernicus Sentinel-5P ha venido monitoreando de cerca los cambios en la calidad del aire en el planeta y en la región a partir de las emisiones de humo que se han registrado con la quema de miles de hectáreas de bosques de la Amazonía.
“El satélite lleva el instrumento Tropomi de última generación para mapear una multitud de gases traza como dióxido de nitrógeno, ozono, formaldehído, dióxido de azufre, metano, monóxido de carbono y aerosoles, todos los cuales afectan el aire que respiramos”, indicó la ESA.
En ese sentido, el satélite ha registrado los grandes cambios que se han generado en el monóxido de carbono en el aire entre los meses de julio y agosto, a pesar de que este gas está relacionado principalmente con el tráfico vehícular pero que vienen aumentando por los incendios.
Además, también se ha registrado un aumento en la cantidad de formaldehído, un proceso químico que puede afectar la salud de las personas, y que fue liberado en mayor medida por los incendios de este año en comparación con 2018.
“La imagen también muestra África, que también ha experimentado más incendios que el año pasado. El formaldehído es un gas intermedio importante en la oxidación de metano y otros hidrocarburos. Si bien es de corta duración en la atmósfera, reacciona químicamente para convertirse en una fuente importante de monóxido de carbono, otro contaminante dañino”, explicó la ESA.
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Estos aumentos de la contaminación han sido bastante evidentes en ciudades de Brasil, pero la preocupación es que cuando las personas inhalan estas pequeñas partículas de aire puede sufrir afecciones cardiovasculares y problemas pulmonares.
Asimismo, los aerosoles también afectan el clima al dispersar y absorber la luz solar entrante y atrapar la radiación de onda larga saliente y por lo tanto, calentar el planeta. De hecho, del 19 al 20 de agosto el humo de los incendios empeoró tanto que el día pareció convertirse en noche cuando São Paulo se sumió en la oscuridad.
Importancia de los satélites
Los científicos han destacado que los satélites se han convertido en una herramienta fundamental para analizar los cambios que está teniendo el planeta por el cambio climático, así como para evaluar los impactos que han dejado fenómenos como los incendios en la Amazonía y otras partes del mundo.
“En los últimos meses, hemos observado más y más incendios de vegetación en nuestro planeta, en Brasil, Siberia, Groenlandia, África, España, Grecia y muchos otros lugares. Nuestra observación de la Tierra los satélites los vigilan de cerca para informar a las personas y a los políticos con hechos indiscutibles sobre nuestro planeta cambiante”, destacó Josef Aschbacher, director de Programas de Observación de la Tierra de la ESA.
De acuerdo con el funcionario, la contaminación del aire y el cambio climático son dos de las importantes preocupaciones globales y por eso es necesario analizar este tipo de información satelital para implementar medidas y políticas ambientales que permitan mitigar los efectos de la crisis climática mundial.
“Mientras Copernicus Sentinel-5P monitorea la calidad del aire, una de las misiones satelitales de la misma familia Copernicus, Sentinel-3, se usa para detectar incendios en todo el mundo. Los datos muestran que en agosto de 2019, hubo 79.000 incendios en todo el mundo en comparación con los 16.632 incendios que se registraron en agosto de 2018”, concluyó la ESA.